Una dura carta publicó el diputado Fidel Espinoza a propósito del escándalo al interior del Partido Socialista luego de las inversiones en empresas privadas que realizó con la indemnización por las confiscaciones sufridas durante la dictadura.

Recordemos que además una nueva arista puso al PS en medio del cuestionamiento público, luego que se revelara que no pagó impuestos por las ganancias a propósitos de esas inversiones.

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Al respecto, uno de los más críticos ha sido el diputado y presidente de la Cámara Baja, Fidel Espinoza, quien he pedido reiteradamente que la cúpula del partido entregue disculpas a la militancia socialista.

Además, reiteró su petición al Tribunal Supremo para abrir una investigación ante la decisión de la Comisión Patrimonial del PS “que colocó recursos de los socialistas en empresas como SQM, propiedad del yerno de Augusto Pinochet, sin dimensionar e transfondo ético de esa errada decisión”.

“La imprudencia de su actuar que ha sometido al PS a un escarnio público injustificado desde lo legal, pero que duda cabe, justificado desde lo ético”, reconoció.

En ese sentido, aseguró que “lo lógico es pedir disculpas a los militantes y la opinión pública en general. Cuando no hay una mínima autocrítica y fundamos la defensa en solo descalificar a los demás, es porque simplemente no entendemos nada del momento político que estamos viviendo hoy, en donde los standares de los partidos no solo se miden por cifras, sino por convicciones y actuaciones”.

Lee la carta completa a continuación:

Carta de Fidel Espinoza a la Comisión Patrimonio de PS

PIDAN DISCULPAS A LA MILITANCIA SOCIALISTA

Defender a rajatabla todo el abanico de inversiones como si fuera un incuestionable dogma de fe, es tan irresponsable como dar la espalda al mundo post Guerra Fría.

He sido categórico para pedir al TS del PS, una investigación respecto de las decisiones adoptadas por la Comisión Patrimonial del partido que colocó recursos de los socialistas de ayer y hoy, en empresas como SQM, propiedad del yerno de Augusto Pinochet, sin dimensionar e transfondo ético de esa errada decisión.

Solicitar investigaciones acerca de los alcances éticos de las inversiones realizadas por el Partido Socialista, mi partido, no significa dar pie a discusiones que son del todo anacrónicas, a partir de lo que el Partido Socialista ha hecho en el país, de cara a todos los chilenos, como piedra angular de los gobiernos de la Concertación, entre 1990 y 2010, y ahora en el de la Nueva Mayoría.

Defender a rajatabla todo el abanico de inversiones como si fuera un incuestionable dogma de fe, es tan irresponsable como dar la espalda al mundo post Guerra Fría, donde incluso países como China y Vietman, han sido capaces de desarrollar una economía de mercado socialista caracterizada por industrias estatales en sectores básicos y regulados, como telecomunicaciones o bancos, pero que compiten entre ellas en un sistema de precios establecidos por el mercado, sin favorecer a empresas estatales por sobre las privadas.

No balbuceo ni me amparo en la cultura de twitter -como han sostenido con una soberbia inusitada los miembros de la comisión patrimonial- para insistir en que me parece un error no haber puesto límites a la Comisión Patrimonial en el ejercicio de sus funciones, específicamente para realizar inversiones en empresas cuestionables vinculadas a la dictadura militar.

Pero no es menos cierto, que independiente de ese error, de quienes entregaron nuestro patrimonio partidario al “ciego juego del mercado”, es que aquellos “compañeros mandatados”, para tales efectos, son socialistas y que como tales, debieron haber salvarguado por sobre cualquier interés económico, los principios más elementales del socialismo chileno. Optaron por mejorar el patrimonio material sin medir que con sus actos estaban dañando el patrimonio mas importante de nuestra colectividad, cual es el estar lo más alejado posible de cualquier institución ligada a la dictadura militar. Dictadura que por cierto, les recuerdo a los “conspicuos compañeros economistas del PS” , persiguió descarnadamente a nuestros compañeros, los asesinó, los hizo desparecer, los exilió, los torturó con los vejámenes más atroces que la historia de nuestro país haya conocido.

Por ello su carta de defensa, ampliamente difundida ayer, está llena de equivocaciones. Porque aquí nadie ha puesto en duda ni la probidad ni la transparencia de los compañeros integrantes de dicha comisión. Pero si hemos planteado con fuerza, la imprudencia de su actuar que ha sometido al PS a un escarnio público injustificado desde lo legal, pero que duda cabe, justificado desde lo ético.

Es esto lo que, a mi juicio, nos ha hecho caer en una inconsecuencia ideológica que con justa razón se nos achaca. En consecuencia, lo lógico es pedir disculpas a los militantes y la opinión pública en general. Y esa misiva, escrita con arrogancia, soberbia y desde el olimpo, en ninguna línea se acerca siquiera a esos preceptos. Cuando no hay una mínima autocrítica y fundamos la defensa en solo descalificar a los demás, es porque simplemente no entendemos nada del momento político que estamos viviendo hoy, en donde los standares de los partidos no solo se miden por cifras, sino por convicciones y actuaciones.

Más allá de lo grave que resulta el que se hayan realizado inversiones en empresas como SQM, llama la atención que personas tan preparadas como los miembros de la citada comisión, no hayan reparado en que no corresponde realizar tales inversiones en empresas y/o sectores regulados por el Estado, cuando militantes socialistas en su rol de autoridades, deben adoptar decisiones respecto de ellas.

Cuando entiendan que las criticas que han recibido a las que livianamente han calificado como “delirio de falsedades, tergiversaciones, e imágenes truculentas”, entre otros gruesos epítetos, no es porque el PS haya invertido sus fondos en la banca, sino donde lo hizo. Es allí lo cuestionable. Por ello espero, estos “compañeros” se den los mismos minutos que le dedicaron a esta carta, para construir otra, en la que asuman sus responsabilidades con humildad.

No puedo dejar de explicitar eso sí, que los recursos del Partido Socialista, que superan hoy los 13 mil millones de pesos, incluyendo las sedes regionales adquiridas con los fondos de la ley 19568 que el año 1998 restituye los bienes confiscados durante la dictadura , y se complementan con el aporte de sus miles de militantes, son fondos absolutamente legales, por ello tampoco dejar de sorprender que partidos de la derecha, financiado por años con los impuestos de todos los chilenos obtenidos de forma ilegal a través de empresas como Penta, hayan sido los primeros en salir a apuntarnos con el dedo, tratando de igualar situaciones diametralmente opuestas.

El reconocimiento de este error del PS, sin embargo, no significa aceptar insinuaciones que no vienen al caso, como que pudimos obrar de manera distinta respecto de algunas empresas, porque nuestra colectividad tenía acciones en ellas: jamás ha existido una orden de partido que mezcle estas inversiones que funcionan de manera autónoma con nuestra acción legislativa.

La segunda insinuación es que hemos tenido un doble estándar respecto de los intereses del ex Presidente Piñera. Y aun cuando su fortuna sobrepasa por muchísimos ceros, el patrimonio del PS,(2.700 millones de dóláres según Forbes) no quiero eludir el tema de fondo: lo que hemos criticado con firmeza del ex Presidente es que haya prometido un fideicomiso ciego total en 2009 y no haya cumplido, como, asimismo, el resto de su cuestionable trayectoria que, por lo demás, fue un tema abordado por varios hombres y mujeres de derecha, como la filósofa Teresa Marinovic en diciembre de 2015.

Como Diputado del PS, creo que debemos avanzar en transparencia a todo nivel. Los partidos políticos y sus dirigentes deben estar sometidos a niveles aún más altos de transparencia, al igual que sus bancadas parlamentarias. Estamos avanzando pero aún falta mucho por hacer.

Los delitos por fraude fiscal deben aumentar su prescripción en al menos 15 años (actualmente son solo 5) y aquellos que sean condenados por este tipo de hechos deben quedar inhabilitados de por vida para volver al servicio público.

Votar una ley de la República en la que tienes intereses personales y/o familiares no debe ser objeto de una mera sanción, sino de penas ejemplificadoras; los partidos políticos que tengan miembros de sus bancadas formalizadas por la justicia como lo han dicho los propios Ministros de justicia deben en consecuencia, prescindir de esas cartas como candidatos(as), entre tantas otras materias.

Cuando los mismos que salieron a rasgar vestiduras por el “error socialista en sus inversiones”, comprometan avanzar ante el país en estos temas, a los que han puesto obstáculos por años, recién ahí podríamos ver un atisbo de cambio en sus posiciones.

Por como han actuado ante cada caso de corrupción, lo veo bien complejo.