“Anda enojada la jefa”. Ese fue el comentario que temprano rondó en La Moneda sobre el estado de ánimo de la presidenta de la República Michelle Bachelet.

¿La razón? La publicación que el domingo hiciera diario La Tercera, en el cual se reveló que la estudiante de psicología e hija de la mandataria, Sofía Henríquez Bachelet, adquirió un terreno de 5 mil metros cuadrados de propiedad de su cuñada Natalia Compagnon, ubicado en la localidad de Los Choros, comuna de La Higuera, y que se encuentra a 12 kilómetros donde estaba proyectado el proyecto Minera Dominga.

Predio por el cual pagó 6,5 millones de pesos, pero que encendió el debate y también una dura polémica especialmente a través de redes sociales, por su cercanía con el cuestionado proyecto, el mismo que tuvo en sus inicios nexos con el expresidente Sebastián Piñera y que hace unos días fue rechazado por la Comisión de Evaluación Ambiental de la región de Coquimbo.

Este cruce entre la propiedad de Sofía Henríquez Bachelet y el proyecto que fue rechazado en primer término, llevó a sendos comentarios de un lado y otro debido a la especulación que existe sobre la decisión política del Ejecutivo en el tema. Incluso, algunos militantes de los partidos de Chile Vamos tuitearon con el hashtag #Caval2.

Esto generó molestia e incomodidad para la presidenta Bachelet, la cual no aguantó y a diferencia de otros temas, decidió temprano que iba a hablar sobre el punto. Los que la vieron dicen que estaba enfadada y a ratos nerviosa, debido a que la pesadilla del verano 2015 asechaba a esa hora el palacio.

Fue así que la presidenta al término del ajuste ministerial que desarrolló y el cual pasó a segundo plano en Palacio, miró fijamente a las cámaras, se arregló su chaqueta roja, se pasó la mano en el pelo y enfrentó al verdadero enjambre de periodistas – entre los que me incluyo – todo esto en el salón Toesca.

Michelle Bachelet se dio tiempo en esta conferencia de quejarse del Chile actual, al asegurar que no sabe qué le pasa al país que transforma cosas normales, dijo, en delitos.

Por esta razón pidió que dejen a su hija tranquila y reveló que el dinero para comprarle a su nuera Natalia Compagnon salió de su bolsillo.

Pero a medida que avanzó la conferencia, Michelle Bachelet fue entregando detalles inéditos de esta transacción, ante la atónita mirada de sus asesores que entre gestos y movimientos decían “gracias presidenta” convidando a poner fin al punto de prensa. Pero Bachelet lejos de terminar seguía contestando en especial las preguntas relacionadas con el tema, como si se tratara de una deuda pendiente por cómo reaccionó en caso Caval.

De hecho contestó que cuando se enteró de la venta de las parcelas, desconocía que ahí cerca existía un proyecto minero, ya que pensaba que ese tipo de proceso industriales se instalaban solo en la cordillera.

También la mandataria reveló otro dato. Aseguró que el 2013 conoció -en la casa de los Dávalos Compagnon– a una enfermera que tiene un centro de meditación en La Higuera y que ésta le recomendó adquirir un terreno pues estaba lleno de mística y buenas vibraciones. Incluso, reconoció que el dueño original de los predios, Alejandro Godoy, pretendía venderle a personas que quieran la naturaleza.

De esta forma, la presidenta Michelle Bachelet por primera vez reconoce públicamente haber sabido que su nuera, la misma que está formalizada en el caso Caval por delitos tributarios y estafa, tenía conocimiento sobre la materia inmobiliaria, más aun ya que entre el 2013 y 2014 compró 12 terrenos en esa zona por más de 70 millones de pesos.

Consultada la mandataria sobre si a su juicio la información que sacó el matutino de circulación nacional surgió como una operación política para empatar con el caso Bancard, está lo descartó.

Ventas entre Michelle Bachelet y Natalia Compagnon que eran desconocidos hasta el domingo, y que reabren las dudas sobre sí sabía o no de los negocios que tenía su nuera, como Caval, o si preguntó el 2014 a su hijo de qué iba a vivir si el iba a trabajar gratis en La Moneda como director sociocultural apoyándola.

Incluso, salta la duda de las propias declaraciones de la Presidenta. Si la enfermera conocía el lugar y esto se llevó a cabo el 2013, cómo es que nadie le dijo que ya en esa fecha había una fuerte oposición al proyecto Minero Dominga.