Reos caminan de un extremo a otro en el patio de la ExPenitenciaría, mientras tratan de “matar” el tiempo. La mayoría viste ropa deportiva, con camisetas de populares equipos de fútbol, aunque otros prefieren estar con el torso desnudo.

Esa es la realidad carcelaria de nuestro país, lejos de otros países como Estados Unidos o Japón, donde los reclusos están obligados a usar llamativos uniformes que se los proporciona el Estado.

Pero pese a algunos intentos por normar la vestimenta en las cárceles chilenas, lo cierto es que este sistema está lejos de ser replicado en nuestro país, según lo confirmó Gendarmería en un oficio dado a conocer este viernes por La Tercera.

Y es que la institución ha adoptado ciertos lineamientos doctrinarios, que apuntan a respetar la dignidad de los reclusos mientras cumplen su condena, para favorecer su eventual reinserción social.

Por lo mismo, en dicho oficio se descarta de plano la posibilidad de “uniformar” a los reos con un vestuario, que además generaría un alto costo fiscal.

“No habiendo razón fundada que recomiende el uso de vestimentas de tipo institucionales en la población recluida, esta medida ha sido desestimada como lineamiento Ministerial”, indica el texto.

“Normalmente, el uso de vestimentas institucionales por parte de la población recluida obedece a medidas sanitarias o de seguridad (por ejemplo, ante potenciales fugas o asociadas a procedimientos de sanitización), sin embargo, no existe ningún motivo obvio por el cual los uniformes deban ser la norma, argumento que se refuerza por el consiguiente encarecimiento de recursos económicos destinados a esta acción”, agrega.