El director regional del Servicio Nacional de Vivienda y Urbanismo de O’Higgins, Víctor Cárdenas, detalló cómo es que el Gobierno pretende reconstruir las más de mil viviendas destruidas en todo el país.

En este sentido, la autoridad anunció serán 4 subsidios los que se pondrán a disposición de los damnificados, entregándolos dependiendo del nivel de daño que hayan sufrido los hogares.

Revísalos a continuación:

Banco de Materiales

En primera instancia, contemplado para damnificados del terremoto del 27-F. Es un subsidio que destina recursos al financiamiento de materiales de construcción, para la reparación de viviendas de familias damnificadas.

El beneficio, orientado a cubrir daños no estructurales, funciona bajo el concepto de “auto-reparación asistida”, donde el beneficiario o quien este determine, bajo supervisión técnica, podrá disponer de los recursos para reparar el hogar.

Cabe destacar que Serviu dispone de esta medida “más rápida”, aunque no cuenta con la intervención de una empresa constructora.

Programa de Protección del Patrimonio Familiar

Según la página del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), el subsidio permite reparar o mejorar las condiciones de las viviendas. Aplicable en en aquellas viviendas que, si bien tienen un daño mayor, su estructura es aún recuperable.

El monto, según aclaró Cárdenas, “varía, asociado a los daños que tenga la vivienda”.

En general, el beneficio apoya la reparación y construcción de toda la casa, otorgando énfasis en la seguridad de la vivienda y la habitabilidad del hogar.

Subsidios para sectores medios

El beneficio estatal permite optar a un apoyo económico para la adquisición de una vivienda nueva o usada, en sector rural o urbano. Además, entrega la opción de construir una casa en un terreno de propiedad propia o donde ya existe un hogar.

Según la descripción, requiere de un ahorro mínimo definido, aunque las autoridades no se han pronunciado respecto a la situación de quienes lo perdieron todo en los incendios.

Programa de Habitabilidad Rural

Este apoyo del Estado permite mejorar las condiciones de habitabilidad de familias que viven en zonas rurales y localidades urbanas de menos de 5.000 habitantes. Reconoce las particularidades culturales, geográficas y productivas de estos territorios y de quienes residen en ellos.

El beneficiario puede escoger entre construir una vivienda en un terreno de su propiedad o de un tercero, teniendo la autorización de este. Además, entrega la posibilidad de edificar conjuntos habitacionales, de entre 2 y 60 casas, con equipamiento, vialidad y áreas verdes.

 

Cabe destacar que cada uno de los subsidios presenta una serie de requisitos, tales como edad o cantidad de personas mínimas, así como la existencia de una suma de dinero en una cuenta bancaria. Aún así, las autoridades no se han pronunciado respecto de cuál es la real situación de los damnificados respecto a esto.