La presidenta Michelle Bachelet encabezó este viernes la ceremonia de entrega al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos la bandera rescatada del Palacio de La Moneda después del 11 de septiembre de 1973.

La bandera que fue sacada de La Moneda durante una licitación para realizar arreglos en el Palacio después del bombardeo del 11 de septiembre de 1973, se encontraba en la gaveta de una oficina.

“Nuestra bandera fue, en la tierra entera, sinónimo de dolor, de herida y de búsqueda de la libertad. Nuestra bandera flameó en decenas de países, en las casas de los exiliados y también de quienes eran solidarios con nuestra historia”, señaló.

Roberto Cuéllar, director del Colegio Terranova, recibió hace algunos meses la bandera de manos de un apoderado del colegio que desea permanecer en el anonimato. Cuéllar asumió la reserva propia del secreto profesional en su calidad de abogado.

La insignia fue periciada en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, con ayuda de una experta en restauración textil del Museo Histórico Nacional.

Se trataría de un estandarte presidencial anterior al año 1967, ya que su escudo está pintado y el Decreto 1534 del 12 de diciembre de 1967 establece que el escudo nacional debe ser bordado.

“Esta bandera, dañada por el uso, el paso del tiempo pero también por el incendio de La Moneda, fue custodiada por más de 40 años por una persona que, hace algún tiempo, la entregara al ex ministro de Tierras y Colonización del ex Presidente Salvador Allende, don Roberto Cuéllar”, señaló la Mandataria.

A lo anterior, Bachelet agregó que: “Esta bandera hoy vuelve a casa es porque la luz de la democracia ha vuelto a nuestra patria, precisamente gracias a todos quienes lucharon, desde dentro y desde fuera, para que la dictadura, el abuso y el terrorismo de Estado, terminaran de una vez”.

Al finalizar sus palabras, la jefa de estado destacó el trabajo del Museo en la restauración de un relato ampliamente compartido sobre lo ocurrido entre 1973 y 1990.

“Que el Museo haya sido encargado para evaluar el estado de la bandera y considerar cómo se la puede restaurar y conservar de mejor manera, es un signo de su importancia y del significado profundo de su valor: mantener viva y visible nuestra memoria, permitirnos visualizar qué hemos sido y qué ha ocurrido en nuestra historia, para proyectar nuestra dignidad civilizatoria al futuro”, dijo.