Muchos se preguntan cuáles son las razones del viaje que emprendió la presidenta Michelle Bachelet al continente africano, pensando en la ola de críticas que enfrenta su administración, sumado a los cuestionamientos a su liderazgo político y los llamados a que curse un cambio de gabinete que incluya a su comité político para enfrentar lo que en la oposición identifican como una crisis de gobernabilidad.

Sin embargo, el viaje de la jefa de Estado a Marrakesh, Marruecos, está dentro de los pasos que ha dado la política exterior chilena respecto a incluir en las políticas públicas de los países en el mundo acciones para descontaminar el planeta y frenar de esa forma el llamado “Calentamiento Global” que produce variaciones importantes en las condiciones climáticas de los países.

Por eso Chile se ha convertido en una nación prioritaria a la hora de analizar el impacto del aumento de la temperatura en el planeta. Lluvias torrenciales en el desierto o aumento de temperaturas en la zona del continente antártico, son la prueba exacta que los estudios científicos sobre el tema no mienten.

En esa línea la presencia de la gobernante chilena viene a fortalecer el rol de los países principalmente afectados como también a entregar el respaldo a la medida que muchas veces los países industrializados han relegado de la prioridad.

¿Qué es la COP 22?

Es la Conferencia de las Partes de la Convención Mario de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la CMP la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Protocolo de Kyoto (CMP), el cual deberá terminar el 2020.

Estos encuentros, que suman 195 países y que es organizado por la secretaría general de la COP, se desarrollan todos los años, siendo Perú el 2014 y París el 2015, los más trascendentes para las pretensiones de esta organización multilateral, ya que en noviembre del año pasado se logró un acuerdo amplio bajo el llamado “Acuerdo de París”.

El objetivo principal del acuerdo es mantener el aumento de la temperatura en el siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados, e impulsar los esfuerzos para limitar el aumento de las temperaturas incluso, por debajo de 1,5 grados sobre niveles preindustriales.

Esto se une a lo fundamental, como indica la organización (CMNUCC), que es impedir la interferencia “peligrosa” del ser humano en el sistema climático, traduciéndose en estabilizar los niveles de emisión de gases de efecto invernadero en un plazo que permita a los ecosistemas adaptarse naturalmente al cambio climático, asegurar la producción de alimentos y permitir el desarrollo económico de manera sostenible.

Historia

En 1979 se llevó a cabo la primera Conferencia Mundial sobre el Clima. Once años después, en 1990, tiene lugar la segunda conferencia, donde se solicita un tratado mundial sobre cambio climático.

En la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro de 1992, la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMNUCC) queda lista para la firma y entra en vigor el 21 de marzo de 1994.

El tema tomó fuerza a medida que se acercó el 2012, ya que el 31 de diciembre de ese año se puso fin al tratado o protocolo de Kioto y comenzó a funcionar una extensión de ese tratado, que no implica compromisos globales pero evidencia el fracaso que hubo antes de eso para frenar el calentamiento global.

Por ello se vuelve necesario, por no decir urgente como indican especialistas en el área medioambiental, que el acuerdo establecido el 2015 en París y que incluye planes de mitigación; reducir las emisiones lo suficientemente rápido como para lograr el objetivo de que la temperatura en el planeta no se eleve por encima de 1,5 grados centígrados al año 2100; sistema de transparencia; adaptación, fortalecer la habilidad de los países para hacer frente a los impactos climáticos; apoyo financiero, ligado a que los países menos desarrollados apuesten por economías bajas en carbono.

Este paquete de iniciativas podría ayudar pese a que durante el debate Estados Unidos y China dejaron claro que uno de los costos que tiene el desarrollo industrial es la contaminación del planeta.

Incertidumbre por Trump

La reciente elección presidencial en Estados Unidos que arrojó como ganador al magnate inmobiliario Donald Trump ha elevado la incertidumbre sobre el futuro del Acuerdo de Paris, producto de las diversas declaraciones que entregó el ahora presidente electo durante la campaña en ese país.

Por esto los participantes en la conferencia de Marrakesh, como informó AFP, consternados tras la victoria Trump, se mostraron confiados en que el futuro presidente, a pesar de que ha negado el cambio climático, no descarrile el acuerdo mundial hacia energías limpias, aunque varios calificaron de “desastre” su triunfo.

La responsable de la ONU encargada de los asuntos del clima, Patricia Espinosa, felicitó a Trump -que había calificado de “farsa” el cambio climático y amenazado con “anular” el acuerdo global- por su victoria en las presidenciales de Estados Unidos.

“Esperamos cooperar con su gobierno para hacer avanzar la agenda de la acción climática en beneficio de los pueblos del mundo”, dijo Espinosa en una declaración durante la COP22 que se celebra en la ciudad marroquí.

Trump “no puede evitar la implementación” del acuerdo de París, sellado en la capital francesa en diciembre pasado, aseguró por su parte Segolene Royal, ministra francesa de Medio Ambiente y presidente saliente del foro de la ONU.

Una farsa, según Trump

Las declaraciones del presidente electo Trump han causado conmoción dentro de la COP22 ya que nadie se olvida que la próxima autoridad estadounidense calificó el cambio climático como una “farsa” obra del gobierno chino, incluso llegó a señalar que “renegociaría” o “cancelaría” el pacto que a la fecha han aprobado 196 países.

Sin embargo, pese a los intereses del millonario, según los términos del acuerdo firmado en suelo galo, Estados Unidos debe esperar al menos tres años antes de poder eventualmente retirarse del pacto, lo que conlleva a que debe materializar, tras su discusión en el Senado, los acuerdos descritos.

“El presidente electo Donald Trump ha sido la fuente de mucho debate sobre el cambio climático durante el último año”, dijo en una declaración Hilda Heine, presidente de las Islas Marshall, recientemente azotadas por tormentas devastadoras.

“Sin embargo, ahora que la campaña electoral ha pasado y que las realidades del liderazgo se decantan, espero que tome conciencia de que el cambio climático es una amenaza para su pueblo y para países enteros que comparten mares con Estados Unidos, incluyendo el mío”, señaló.

Christiana Figueres, que encabezó las cuestiones climáticas en la ONU durante seis años hasta hace unos meses, dijo que Trump debe comprender que abandonar rápidamente y por etapas el carbón, el petróleo y el gas “es bueno para la economía de Estados Unidos, para el empleo y el crecimiento”.

Algunos grupos ecologistas fueron mucho menos diplomáticos en sus reacciones ante el sorpresivo resultado de la elección norteamericana.

“La elección de Trump es un desastre, pero no puede ser el final del proceso internacional sobre el clima”, dijo May Boece, director ejecutivo de 350.rog, un grupo global que empuja en favor de una desinversión de los combustibles fósiles.