La ministra de Salud, Carmen Castillo descartó haber influido en decisiones de compra de la cartera que dirige en beneficio de la empresa de su hermana.

La titular del Minsal se encuentra en una complicada situación luego que un reportaje de Ciper, revelara que la empresa de insumos médicos Hospitalia, de propiedad de la familia de Érica Castillo, hermana de la ministra Castillo, firmó un millonario contrato con el Hospital de Urgencia Asistencia Pública (la ex Posta Central) para la venta de equipos de simulación clínica de alta fidelidad, entre los que se encuentra un costoso maniquí, cuya función es simular a un paciente.

Según Ciper, el establecimiento publicó las bases de licitación y en ellas solicitaba cinco líneas de productos: cada una era un tipo de simulador distinto que ayudaría al entrenamiento de sus médicos en formación, un producto con el que sólo contaba la empresa de la hermana de la ministra.

El exsubsecretario de la cartera, Luis Castillo, señaló que el equipo es absolutamente innecesario para las necesidades que tienen los servicios de salud del país.

Jaime Mañalich, afirmó que la ministra de Salud no tiene injerencia en las decisiones que tomaron de manera imprudente desde el Servicio de Salud Metropolitano Central.

Una opinión similar tuvo el presidente de la comisión de salud de la Cámara, el socialista Juan Luis Castro, quien acusó una operación en contra de Castillo.

A través de un comunicado, la ministra descartó haber ejercido influencia en las decisiones de compra que beneficien a una empresa proveedora de insumos médicos.

Castillo niega enfáticamente que durante el ejercicio de su cargo actual, o en otros anteriores, haya influido sobre decisiones de compra que beneficien a cualquier empresa proveedora.