Una “pseudología fantástica” sufriría el ingeniero comercial, Rafael Garay, según el neurobiólogo y doctor en Ciencias Biológicas, Óscar Lazo.

Para el beneficiario de la beca Newton, es imposible que una biopsia para diagnosticar el supuesto cáncer de Garay, no dejara marcas físicas. “Esto significa meter una sonda dentro del cerebro y perforar el cráneo. Es decir que sobre una calva brillante como la de Garay, hubiese sido imposible de disimular una cicatriz de esa naturaleza”, explicó el profesional.

Lazo además sostuvo que cuando empezó a dar entrevistas en el último tiempo, Garay dijo que se sentía un privilegiado porque le habían diagnosticado el tumor hacía más de dos años. “Considerando que tienen un crecimiento rápido y que la sobrevida de la persona llega a los 14.6 meses, Garay debería haber estado grave“, aseguró al diario La Segunda.

“Por la ubicación del tumor, una de las primeras zonas que se habrían visto comprometidas sería el troncoencéfalo, que hace que nos mantengamos conscientes y que controla nuestra respiración. Es difícil que después de dos años una persona con un tumor de esa naturaleza, no sólo haya dado entrevistas, sino que no haya tenido una crisis que lo dejara en coma”, sentenció.

Sobre una supuesta “pseudología fantástica” que podría padecer Garay, el neurobiólogo profundiza: “Todas las mentiras que él elabora son funcionales a una figura heroica de sí mismo, de mostrarse como alguien capaz, que venció la adversidad. Pero hay otras mentiras que son muy burdas y fácilmente contrastables: como que la universidad (de Lleida) en que dijo haber hecho un doctorado en Economía no imparte esa carrera, o que la historia de Fukushima no es de él sino de Iván Núñez”.

Por esto, insistió, “uno tiende a querer poner sobre la mesa esta idea de la «pseudología fantástica»: una compulsión irresistible por mentir, donde la persona sabe que está mintiendo pero donde la narrativa se hace tan sólida que se transforma en su mundo. Esto se asocia con algunas anomalías cerebrales bien específicas: una lesión frontal o hasta un tumor”.

Estas mentiras burdas, agregó el especialista, hacen pensar que él tiene una compulsión inevitable por mentir cada vez que encuentra la oportunidad.

Para Lazo, el economista sí está enfermo, y de hecho, presentar una patología de este tipo, lo podría liberar de eventuales delitos que haya cometido.

“Rafael Garay está enfermo, porque tiene en curso un fenómeno neurofisiológico y también mental que está fuera de control. Y más allá de las pericias de carácter más forense que va haber que hacerle, admito que me encantaría saber cómo es anatómicamente el cerebro de Rafael Garay”, agregó.