Tras 25 años sirviendo como párroco de la iglesia católica, Rodrigo Tupper, quien abandonó el sacerdocio a mediados de 2015, afirmó estar feliz con su nueva vida.

En su primera entrevista desde que dejó de ejercer como clérigo, afirmó a El Mercurio que ahora dirige una fundación de apoyo a los jóvenes e incluso, pololea.

“Hace 3 meses conocí a una mujer preciosa. Salimos un 25 de junio y nunca más dejamos de vernos. Felizmente las dos familias nos conocen. De la familia de ella hubo una acogida muy bonita. Ha sido precioso”, relató.

A quien más le ha costado acostumbrarse a este cambio -dijo- es a la gente, ya que “en la calle todavía hay gente que me dice padre. Algunos se complican, porque estaban acostumbrados a llamarme así, pero a mí no me provoca ningún problema, al revés, me río y les digo que no se preocupen, ya lo tengo asumido como un apodo”, finalizó.