Para muchos, el orgasmo es la meta a cumplir en un encuentro sexual. Pues, es considerado el “clímax” del momento íntimo y se ve como sinónimo del placer.

Sin embargo, existen personas que no comparten lo anterior, puesto que su cuerpo es incapaz de experimentar este fenómeno. Se trata de quienes sufren de anorgasmia.

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La anorgasmia no es más que la ausencia o insuficiencia de orgasmo sexual. Quienes la padecen no pueden llegar a este punto a pesar que se sientan excitados sexualmente y se hayan tomado el tiempo necesario para estimularse.

De la misma forma, padecer anorgasmia no es sinónimo de no tener deseo sexual: es sólo la incapacidad de alcanzar el orgasmo.

Pixinio
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Las sexólogas Raquel Fernández y Noelia Luna, reafirman en el portal de moda Vogue, que “aparece incluso si existe una excitación previa adecuada y el deseo es elevado”.

Las expertas explican que existen cuatro tipos de anorgasmia:

Primaria: Son personas que jamás han alcanzado un orgasmo, ni en pareja ni por la vía de la autosatisfacción sexual.

Secundaria: Estas personas sí han tenido un orgasmo alguna vez en su vida, pero llevan algún tiempo considerable sin vivir uno.

Situacional: Les sucede sólo en situaciones específicas (en algún contexto, hora, con alguna persona; etc)

General: Muy parecida a la “primaria”, estas personas no llegan al orgasmo, independiente de la circunstancia.

Aún así, las expertas destacan que si esta dificultad no se prolonga por el tiempo, no significa necesariamente que sufres un trastorno, “ya que puede ser debida a factores muy concretos”.

A pesar de lo desalentador que creen que es su pronóstico quienes padecen de anorgasmia, las expertas aseguran que sí tiene solución. No obstante, el primer paso es hablar de ello.

“La sexualidad ha dejado de ser un tabú. La mujer ha reivindicado su sexualidad, su derecho al placer sexual, nos hemos declarado sexuadas y hemos tomado el papel de disfrutadoras de nuestro sexo con un papel activo. Esto hace que podamos ser conscientes de lo que nos sucede, de poder hablar cuando algo va mal y de buscar soluciones”, opinan Luna y Fernández.

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Aún así, las sexólogas coinciden en que el error es que muchas mujeres se resignan y deciden seguir manteniendo relaciones sexuales sin esperar placer a cambio.

Sin embargo, Héctor Galván, director clínico del Instituto Madrid de Psicología y Sexología, psicólogo clínico, sexólogo y miembro de Top Doctors, asegura que muchas logran “recuperarse” de este padecimiento.

“La anorgasmia es una de las disfunciones femeninas más frecuentes y el porcentaje de éxito es muy elevado”, asegura Galván.

Factores que producen anorgasmia

En primer lugar, el doctor señala que muchas mujeres “luchan” internamente por tener un orgasmo durante el encuentro sexual, lo que les genera mucha tensión y les dificulta aún más el proceso. Aún así existen causas orgánicas y psicológicas que desencadenan la anorgasmia.

Las orgánicas se producen por factores físicos, como enfermedades, dificultades ginecológicas, partos recientes, alteraciones perivaginales, lesiones pélivas o consumo de medicamentos y sustancias.

Sin embargo, las más comunes son las psicológicas. Los tres expertos coinciden que estas son: el estrés, conflictos de pareja o insatisfacción personal, experiencias traumáticas, falta de educación sexual, creencias religiosas arraigadas, falta de comunicación sobre sexo y pensamientos erróneos o que distraen durante las relaciones sexuales.

¿Cómo solucionarlo?

Una vez descartadas las causas orgánicas, Galván explica que la paciente deberá llevar un tratamiento basado en la sexología conductiva (conductas realizadas durante el sexo) como también ejercicios para realizar en casa. También se puede incluir medicación.

No obstante, Raquel Fernández destaca que la educación sexual es primordial a la hora de tratar la anorgasmia.

“En las mujeres es importante señalar que hemos estado muy condicionadas por temas educacionales. Por ejemplo, la masturbación femenina siempre ha sido un tema tabú, lo que nos ha hecho desconocedoras de nuestro propio cuerpo e, incluso, ha anulado por completo nuestra sexualidad“, opina.

Finalmente, las sexólogas señalan que un pensamiento positivo también ayuda como además lo hace el relajarse y disfrutar sin la presión de buscar un orgasmo.

“El objetivo no es el orgasmo, sino obtener placer, disfrutar del camino, no de llegar antes a la meta”, finalizan.