Vivir una sexualidad responsable, libre y satisfactoria es un estado al que muchos aspiran, estando o no en pareja, sin embargo, cuando el deseo sexual se vuelve reiterativo, irrefrenable y provoca un estado ansioso difícil de asimilar y calmar, estamos hablando de un trastorno.

Hipersexualidad o adicción al sexo es como se conoce a este trastorno obsesivo compulsivo, como lo definió la Sociedad Americana de Psiquiatría, en 2010, y que se caracteriza por “un impulso sexual irrefrenable, pensamientos persistentes y conductas repetitivas que el individuo siente que no puede controlar”, desencadenando, de paso, varios problemas en su vida cotidiana.

Claramente, para quien está en pareja el tema se vuelve mucho más complejo aún, pues a veces la falta de un diagnóstico certero que nos permita comprender por lo que está pasando el otro, pueden terminar deteriorando o destruyendo una relación pese al amor que pueda existir entre ambos.

Y es que de acuerdo a un artículo relacionado del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), “la adicción al sexo invade todas las esferas de la vida de la persona y empieza a ser fuente de displacer en el momento en que el afectado pierde el control de la situación tal como plantea su fantasía, permitiendo que lo aventurado, explorador y divertido de toda relación, se torne reforzador del malestar. Esta manifestación representa una conducta repetitiva que pretende calmar la ansiedad por vía inadecuada, mediante la cual, ipso facto produce más malestar y ansiedad de la que se tenía”.

Pero ¿cómo saber si la persona con la que estás es adicta al sexo? Aunque no lo creas, existen una serie de comportamientos, descritos por especialistas, que podrían darnos luces de que estamos en presencia de esta situación, por lo que lo principal es que si identificas dos o más de estos comportamientos, al menos lo converses con tu pareja y juntos tomen la decisión que mejor les parezca, que por lo general, es contar con la asistencia de un experto.

1.- Excesiva atención a lo sexual

De acuerdo a la organización de cuidado y atención a la salud mental Elements Behavioral Health, de California, Estados Unidos, una persona con adicción al sexo piensa constantemente en él, y aunque a veces no sepamos lo que está pensando, sí se puede identificar con otros signos, tales como que en su conversación incluya frecuentemente tópicos sexuales, que preste especial atención a lugares como ‘sex shops’ o librerías para adultos, o que busque contenido ‘subido de tono’ en programas de televisión, sin importar el horario, pueden ser indicios.

2.- Distancia y cambios de humor repentinos

El mismo centro señala que las personas adictas al sexo se vuelven más retraídas y físicamente lejanas, debido a que ocupan más tiempo en asuntos que signifiquen una gratificación sexual.

En términos del humor, es importante poner atención si, por ejemplo, luego de la euforia que puede representar una relación sexual, esa sensación es reemplazada por sentimientos de vergüenza y desesperación.

3.- Sus exigencias sexuales aumentan con el tiempo o desaparece el interés por el otro

La organización indica también que aquellos adictos al sexo exigen a sus parejas comportamientos sexuales que a veces ellas no están dispuestas a dar porque son el resultado de una escalada de situaciones no siempre consensuadas o meditadas.

Shame (2011)
Shame (2011)

En este contexto, a veces las personas que están con otra adicta al sexo, pueden resultar con su autoestima dañada y sentirse culpables por no poder satisfacer las demandas de sus parejas, sin embargo, para una persona hipersexual ningún comportamiento o actividad será suficiente.

Por otro lado, a veces ocurre que el adicto está tan involucrado en sus fantasías sexuales o, incluso, en relaciones con terceros, que ya no demuestra interés en tener actividad sexual con su pareja primaria u oficial.

4.- Invierte mucho tiempo en ‘sexo’ y abandona otras actividades cotidianas

Para el psicólogo español Vicente Alcántara, una persona que invierta mucho tiempo en la búsqueda y práctica de sexo, al igual que el hecho de mantener un deseo constante y fuerte de consumir sexo, puede estar en ‘problemas’.

Si has notado que está consumiendo constantemente contenido sexual y que eso lo ha apartado de deberes académicos y/o laborales fundamentales, así como de actividades sociales o de ocio, pon atención.

5.- Organiza demasiado sus encuentros sexuales

Si han acordado alguna cita que incluya relaciones sexuales, es normal que ambos quieran organizar de la mejor forma su encuentro para que todo salga a la perfección, no obstante, si tu pareja ocupa mucho tiempo planeando esta actividad y la notas algo alterada o intranquila, es una señal. Sobre todo, si no quiere dejar ningún detalle al azar como fantasías, juguetes, lugar, etc.

6.- Se masturba constantemente incluso después del sexo

La autosatisfacción es algo natural y todos deberían tener un momento de intimidad individual cada cierto tiempo, sin embargo, si has notado que tu pareja se masturba constantemente pese a vuestra actividad sexual es regular o lo has pillado haciéndolo incluso después de tener sexo, quizá es una señal de que simplemente no puede parar. Al menos así lo indica la consultora Karen Langebeck, experta en terapia emocional.

7.- Coquetea en todo momento

No se trata sólo de lanzar o responder miradas cómplices, sino de que coquetee con personas desconocidas y mantenga conversaciones principalmente sexuales con éstas. De acuerdo al fundador de la organización Sexual Recovery Institute, Robert Weiss, los adictos al sexo siempre están preocupados de tener una conquista ‘a mano’, exclusivamente para calmar ese deseo sexual irrefrenable cuando la ocasión lo amerite.