Los quiebres amorosos nunca son fáciles independiente de cuál sea la forma de terminar la relación. Claramente una conversación amigable y madura es lo más aconsejable, sin embargo, en el momento mismo nuestra mente suele ser menos optimista de lo normal y en pocos minutos podemos terminar en el suelo.

En este contexto, los consejos siempre apuntan al “Todo pasa por algo” o “De poco irás sintiéndote mejor”, no obstante, son todos lugares comunes que si bien pueden ser tener razón, en el momento no se les toma el peso debido al dramático “luto”.

Lo anterior es en términos generales, puesto que también existen casos en que la persona que decide ponerle fin unilateralmente al romance, pueda sentirse mucho más libre y relajada al cortar con una persona que simplemente ya no le estaba sumando.

Sabemos que nadie muere de amor, puede que sufras, llores a mares durante días, bajes o subas de peso, y todo lo demás te de lo mismo, pero tienes que saber que tarde o temprano se supera, a veces necesitarás un poco más de ayuda, pero sin duda lo lograrás.

Pixabay
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Pero respecto a los quiebres hay algo que debemos tener claro y quizá manejarlo como un recordatorio de esos que se pegan en el refrigerador para que de a poco vayas internalizándolo y así nunca te veas involucrado o involucrada en estas desastrosas situaciones. Hablamos de las peores formas de terminar una relación.

Con ayuda del columnista de Cosmopolitan, Frank Kobola, listamos al menos las cinco formas más nefastas de terminar una relación.

1.- La que nunca esperaste:

Este tipo de quiebre, explica Frank, puede destruirte completamente. Y es que si nunca divisaste que podía acercarse una ruptura y estabas súper feliz con cómo avanzaba tu relación sentimental, esta situación puede aplastarte como si pasara un camión sobre ti y dejarte en pijama durante varios días en cama, llorando frente al televisor y fumando una cajetilla en horas.

2.- La dolorosamente interminable ruptura:

No hablamos de aquellas conversaciones de tres horas, sino de aquellos personajes que se toman días o incluso semanas para ponerle punto final. Es como cuando terminas pero aún quedas con la sensación de que faltó un “cierre”, por lo que “inocentemente” decides juntarte para hablar un poco más. Y como si eso fuera poco, dejas pasar más días para ir a buscar tus cosas que quedaron en la casa de tu ex. ¿Inteligente, no?

3.- La ruptura no tan ruptura porque dura menos de 24 horas:

Un clásico de las relaciones intensas. Te involucras en una gran discusión, terminas, lloras, maldices, y al día siguiente te reconcilias y aquí no ha pasado nada.

¿Lo peor? No es primera vez que pasa. Y si no te das cuenta, mira la expresión de tus amigos cuando les cuentas el mismo drama una y otra vez y ni siquiera se esfuerzan por hacerte sentir mejor ¿Por qué? Porque, querida amiga o amigo, saben que volverás a sus brazos.

Lo serio de esto es que entre tanta pelea y término fugaz, la relación se deteriora y tarde o temprano uno de los dos se cansará.

4.- La ruptura “informal”:

El clásico “adiós” por redes sociales, entiéndase WhatsApp, Snapchat, Facebook, y un largo etcétera. Realmente no hay mucho que decir en este punto, pues si alguien es capaz de ‘patearte’ de esa forma es porque simplemente no vale la pena en absoluto.

Sabemos que es horrible, que muchas veces ni siquiera puedes responder y quisieras volar a su casa a pedir una explicación, pero insistimos, si fue capaz de eso, imagínate lo que podría seguir.

Jan Persiel (cc) | Flickr
Jan Persiel (cc) | Flickr

5.- El quiebre “no me vuelvas a hablar nunca más en tu vida”:

Típica ruptura cuando te llevas una sorpresa desagradable, tipo lo o la pillaste engañándote in fraganti. Claramente si ese es el caso, una frase como la anterior es lo menos que vas a lanzar y de inmediato viene la “operación limpieza” que consiste en eliminar a la persona de todas las redes sociales posibles (e inclusos a los amigos en común) con tal de no volver a ver al o la “culpable”.

Pero… ¿Qué dice una experta?

Consultamos con la psicóloga Susana Ifland, presidenta de la Sociedad Chilena de Psicología Clínica y experta en temas de pareja, sobre cuál sería, a su juicio, la peor y mejor forma de terminar una relación.

Basada en su experiencia, Ifland indica que lejos “la peor forma de terminar una relación es peleados y sin hablarse, sobre todo cuando hay una familia e hijos de por medio”, puesto que no espacio para reflexionar y aprender de los errores.

En el caso que sean padres de familia, la psicóloga señala que terminar peleados contribuye a que los niños observen esa actitud entre sus progenitores y sea un modelo de pareja que internalicen y aprendan, y el mismo que pueden repetir con sus propias parejas más adelante.

De todas formas, algo similar ocurre en las parejas sin hijos, pues terminar enojados y sin hablarse no los llevará a ninguna parte, ya que es fundamental que entiendan por qué se separaron, de lo contrario caerán en los mismos errores con otras parejas.

HBO
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Y agrega: “Lo veo en mi consulta y es cada vez más habitual que las parejas terminen por WhatsApp y por ‘Post-it’, lo que es espantoso porque no da pie a conversar y se quedan con todo guardado. Se dicen todo lo malo pero se olvidan de las cosas buenas que vivieron.”

Ifland comenta que a menudo las parejas que terminan desean que “se borre todo de una plumada y se olvidan de rescatar lo bueno, y para eso hay que hablarlo personalmente”, pues con la actitud de terminar todo rápido, quedan heridos y mirando la vida con pesimismo y no creyendo en que puede haber un futuro sentimental positivo.

Por lo mismo, la mejor forma de terminar una relación, para la terapeuta, “es hablando e, incluso, asistiendo a terapia para ver qué paso y en qué fallaron y así no terminar como enemigos”.

La experta concluye con que es muy necesario entender qué falló y como contribuyó esa persona a que esto no funcionara, y asegura que no existen razones de peso para que las ex parejas puedan terminar siendo amigos más adelante.