La baja de deseo sexual o deseo sexual hipoactivo es una de las disfunciones sexuales que ha tomado mayor fuerza en los últimos años y que a diferencia de antaño, hoy afecta a mujeres y a hombres por igual. En esta nota dos especialistas entregan sus visiones sobre este tema que no hay que tomarse a la ligera.

Mucho se dice y se ha escrito sobre el deseo sexual, sin embargo, cuando se trata de este tema nunca es bueno generalizar, vale decir, lo que es un nivel de apetito sexual “normal” para una persona, no significa que lo sea para otra, incluso si esa otra persona es tu pareja.

La psicóloga y comunicadora especializada en género, relaciones de pareja y sexualidad, Constanza del Rosario, explica que “la temática del deseo sexual es un tema bien manoseado y lleno de malos entendidos”.

“Porque hablar de deseo sexual ‘normal’ varía según múltiples factores tales como edad (no es lo mismo tener 18 que 28, 35, 42, etc.) etapa de vida en pareja (soltero, iniciando una relación estable, relación estable sin y con convivencia, relación estable con hijos pequeños, relación estable con hijos adolescentes, relación estable sin hijos viviendo en casa, etc.), es decir, etapas y crisis normativas que pueden estar incidiendo en que nuestro deseo sexual sea menor o distinto al de antes”.

“Lo ‘normal’ para cada una de estas situaciones es muy variado, sin embargo, la mayoría a la hora de hablar del nivel de deseo sexual considerado ‘normal’ se compara con un ideal de deseo sexual de un yo joven, libre de responsabilidades, en las primeras etapas de enamoramiento, criado en una cultura y familia igualitaria y desinhibida sexualmente. Si nos comparamos con este parámetro siempre quedaremos mal parados a la hora de evaluarnos”, enfatiza la especialista.

Por su parte, Magdalena Rivera, médico cirujano y sexóloga de Medical Sex Center, comenta que “cuando se habla de bajo deseo sexual se refiere a que el deseo está disminuido o ausente y provoca malestar a la persona o a su pareja. Es decir, que por muy bajo que esté, si no genera dificultades, no es un problema”.

“Si la misma persona lo considera bajo es necesario evaluar y ver qué está pasando. Cuando es la pareja quien lo considera bajo también hay que evaluar porque puede que esté bajo o solo esté bajo para las expectativas de la pareja, en ese caso, el problema más que el bajo deseo en sí mismo puede ser la diferencia de deseo entre ambos”, añade.

Pero ¿qué hacer cuando efectivamente el nivel de deseo sexual se convierte en un problema? Acá te damos 5 perspectivas que hay que tomar en cuenta.

Detonantes de una baja de deseo sexual

Rivera explica que “hay muchos factores que pueden influir, entre ellos están los conflictos en la relación de pareja, las situaciones de mucho estrés de cualquier causa, algunos medicamentos como antidepresivos y los anticonceptivos hormonales pueden bajar el deseo sexual en algunas personas (pero no en todas), también ciertas enfermedades como el hipotiroidismo, entre otras”.

Por otro lado, Constanza del Rosario nos entrega otra perspectiva: “A la hora de evaluar si hay baja de deseo sexual, hay que preguntarse si no será un problema de sincronía con tu pareja, es decir, que los cambios en las diferentes etapas de la vida personal y de pareja, no los han impactado de igual modo a ambos, lo que ha dado pie a diferencias que crean conflictos de pareja y que necesitan de apoyo terapéutico para ayudar a resolverlas”.

La especialista también anima a preguntarse si acaso “no será el bajo interés sexual el resultado de otra patología física o mental, de su nivel de actividad física y de sedentarismo, de la ingesta de medicamentos, presencia de otro trastorno sexual, o de conflictos de pareja no solucionados, que necesiten de atención previa”, añade.

“En mi experiencia clínica lo más característico de una persona que tiene ‘bajo deseo sexual’ como tal, es una actitud de no tener ganas de tener ganas, es decir, que la raíz del problema es la desmotivación, pasividad y la comodidad”, comenta.

Todas las parejas estables pasan momentos de poca actividad sexual

“No necesariamente todas, pero es algo bastante común y normal en ciertas ocasiones. Por ejemplo, si uno tiene una enfermedad grave como cáncer, si hay un duelo importante u otras situaciones personales o de salud que interfieran en el deseo”, comenta la sexóloga Rivera.

Hay afrodisíacos naturales que pueden ayudar

“El ginseng puede ayudar al deseo sexual. La L-Arginina sirve para aumentar el flujo sanguíneo lo que facilita la erección en el hombre y la lubricación en la mujer”, comenta la especialista de Medical Sex Center.

Esta hierba y aminoácido los puedes encontrar en bebidas estimulantes como es el caso de Power Sex, fabricada en Chile y distribuida por Lencería.cl y que contiene ginseng, jengibre y L-Arginina y que puede aumentar la energía y potencia sexual de hombres y mujeres, mejorando así, la experiencia sexual especialmente a nivel genital.

Una alimentación sana también pueden ayudar

De acuerdo a Constanza del Rosario “una alimentación sana y balanceada que te mantiene saludable, en forma y cómodo con tu cuerpo incide más directamente en tu salud sexual y tu autoestima y por ende en tu capacidad y disposición a tener sexo más que cualquier alimento calificado como afrodisíaco”.

En tanto Rivera, comenta que si bien “no está probado científicamente que existan alimentos afrodisíacos, eso no significa que no puedan serlo. Más que el alimento en sí, lo que de seguro aporta es el contexto, por ejemplo, el preparar una cena especial con sabores estimulantes en pareja puede ser una buena ocasión que favorezca la actividad sexual posterior. Es decir, no solo importa qué se come sino también, el preparar un buen ambiente como una cena a la luz de las velas”.

Consejos especializados para aumentar el deseo sexual

Constanza del Rosario nos entrega sus 5 tips:

1- Tiempo de pareja de calidad, colmado de conversaciones positivas, escucha activa, gestos de aprecio y cercanía física.

2- Seducción activa de ambos integrantes.

3- Aprender a activarse sexualmente a través de estimulación cognitiva (libros, fantasías, recuerdas, planes eróticos)

4- Trabajar la conexión corporal y la capacidad de estar en el ahora, el yoga y la meditación son excelentes alternativas.

5- Intentar y explorar posibilidades. No poner la negativa como respuesta automática: Tener ganas de tener ganas, es la clave.

En tanto, Magdalena Rivera también nos revela sus secretos:

1-Salir juntos solos en forma periódica, con actividades que los saquen de la rutina.

2- Probar realizar un masaje uno al otro con aceites.

3-Compartir nuestras fantasías sexuales.

4-Mandarse mensajes en el día ya sea tierno o eróticos (según las preferencias personales).

5- Reconocer qué cosas le estimulan a cada uno el deseo sexual y compartirlas con la pareja, Esto es quizás lo más importante ya que solo el punto 1 es válido para todos debido a que no a todos nos estimula lo mismo.