Aunque hoy encabeza todas las listas de las mejores vestidas en el mundo, Kate Middleton no siempre lució así. Al igual que ocurrirá con Meghan Markle, la duquesa de Cambridge pasó de tener un estilo desenfadado y sencillo a uno clásico y chic.

Su cambio comenzó en 2003, cuando comenzó a salir con William. Ambos eran compañeros en la Universidad de St. Andrews e iniciaron una amistad que terminó en amor. Cuando se confirmó el romance, todos los ojos fueron puestos en Kate, quien tuvo que tomar medidas al respecto.

Antes de ello, era común verla en jeans de tiro corto o con faldas cortas que le permitían lucir las piernas, algo que hoy en día sería impensado para la esposa de uno de los herederos a la corona británica.

Kate también amaba los brillos para la noche, pues como toda joven disfrutaba de salidas nocturnas junto a sus amigos. En una ocasión incluso desfiló en ropa interior en un evento de caridad, fotos que por supuesto resurgieron tras la boda.

Las cosas comenzaron a cambiar en 2010 cuando se comprometió con el príncipe y tuvo que aprender todas las reglas de la realeza sobre el vestuario, como que por ejemplo no puede usar faldas sobre la rodilla y que debe preferir tonos suaves.

Por supuesto, se coronó como la mujer más elegante del mundo, en 2011 gracias a su hermoso vestido de novia de Alexander McQueen, el cual la ha llenado de halagos hasta el día de hoy.

Actualmente no sólo es un icono de la moda, sino que además gracias a sus tres embarazos, marca tendencias entre las futuras madres.

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