La actriz árabe-mexicana Salma Hayek, que se encuentra en Cannes con motivo del Festival de Cine, mostró su lado más camaleónico al lucir en las últimas 24 horas tres colores de pelo: rosa, negro y castaño claro.
El lunes, participó en una cena con otras estrellas con una melena ondulada rosa.
El martes por la mañana, lució un corte de pelo largo y liso, de color negro, al ofrecer una charla sobre el lugar de la mujer en la industria del cine.
Por la noche, la intérprete, de 50 años, desfiló en la alfombra roja del Festival con una cabellera de color castaño claro, a la altura de los hombros.
Hayek, que ha participado en películas como “Frida” y “Desperado”, se encuentra en Cannes acompañada de su esposo, el magnate francés François-Henri Pinault.
Durante la noche de ayer, Salma Hayek reveló que no tuvo unos inicios profesionales fáciles por ser mujer y árabe-mexicana.
“Llegué a Hollywood no sólo como mujer sino como árabe-mexicana. La gente se reía de mí por tener el sueño de trabajar” como actriz, dijo Hayek, de 50 años y padre libanés, durante un foro sobre las mujeres en el mundo del cine, organizado al margen del Festival de Cannes.
“Era la única mexicana y latina en la escuela de arte dramático, excepto por Benicio del Toro, que es puertorriqueño, es decir, medio estadounidense, y es un hombre. Nadie se reía de él. También se reían de mí en México (…) Así como todos los agentes y todos los estudios” de cine, aseguró.
