La decisión del alcalde de Cannes (sudeste) de prohibir en las playas de la ciudad el uso del burkini, traje de baño islámico, suscitó el viernes numerosas críticas en Francia, donde las asociaciones acusan al responsable de distorsionar el principio de laicidad y alimentar la tensión.

Aunque en Francia el uso del velo integral en el espacio público está prohibido, la legislación nada dice sobre la utilización de símbolos o vestimenta religiosa, como sería el caso del burkini, que cubre todo el cuerpo a excepción de la cara, las manos y los pies de la mujer.

Sin embargo, el alcalde de Los Republicanos (derecha) de Cannes, David Lisnard, decidió a finales de julio prohibir “el acceso a las playas y al baño a toda persona que no lleve un atuendo correcto y respetuoso de las buenas formas y el laicismo”.

Para Lisnard, “una vestimenta de playa que manifiesta de manera ostentosa una cierta creencia religiosa, en un momento en que Francia y los lugares de culto son objetivo de atentados terroristas, podría crear riesgos de problemas de orden público (como tumultos o altercados) que es necesario prevenir”.

Esta prohibición “distorsiona el laicismo que tiene por vocación”, consideró el viernes la Liga de Derechos Humanos (LDH), que quiere recurrir a la justicia para anular la ordenanza.

Mientras, el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF), mostró su “profunda preocupación” ante lo que considera “un nuevo atentado contra los principios más elementales del derecho”.

Una decisión de este tipo procede de una “estrategia de la tensión”, acusó la asociación SOS Racismo. Francia se ha visto golpeada por varios atentados yihadistas desde 2015 y desde entonces, los actos antimusulmanes se multiplican.

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“El fundamentalismo debe ser combatido con argumentos jurídicos impecables, para no ofrecerle victorias ante los tribunales”, subrayó el partido socialista local.

Hace pocos días estalló otra polémica por el mismo atuendo, cuando una asociación musulmana de la región de Marsella intentó reservar por un día un parque acuático privado para organizar una salida reservada a mujeres que usan el traje de baño islámico. Ante el aluvión de críticas, el parque rechazó finalmente la solicitud.