La escritora francesa Corinne Maier ha causado polémica por sus dichos, al afirmar que ama a sus hijos, pero que se arrepiente de tenerlos, argumentando que no siempre la maternidad da felicidad y que la crianza es un trabajo tan estresante, que los padres no tienen energía para nada más.

“Es obligatorio encontrar placer en la maternidad. En mi experiencia, la realidad es muy diferente: criar a un hijo es 1% de felicidad y 99% de preocupación. Ser padre se ha convertido en un trabajo muy demandante”, afirmó al medio británico BBC, que la nombró una de las “100 mujeres del año”.

Para Maier, la presión alrededor de la natalidad responde a “proporcionar un número cada vez mayor de pequeños consumidores que nunca se fatigarán de un capitalismo que necesita vender cada vez más productos. Es en el nombre de los hijos que los padres compran autos, lavadoras, casas y demás artefactos”.

La mujer recalca que los hijos cuestan una fortuna. “Criar a mis hijos no solo me dejó exhausta, sino en bancarrota también. Pronto mi hija terminará sus estudios. Tendré una gran fiesta ese día. Finalmente no tendré que encargarme de ella: ¡qué alivio! ¡Y que ahorro!”, declaró.

La escritora Corinne Maier
Corinne Maier | Yves Abourachid (cc) Wikimedia Commons

Maier escribió en 2007 el libro “No Kid. 40 buenas razones para no tener hijos”, donde señala que “la mayoría de las personas tienen hijos por las razones equivocadas. Creen en una inmortalidad que no existe (…) Ser madre no debe significar que tus hijos supongan el sentido de tu existencia. Para mí fue encontrarme metida en una trampa de la que no podría salir en 20 años”, recoge el sitio El Español.

La pasión por los niños, sostiene Maier, está vinculada a la creciente preocupación por el futuro de la humanidad, pero con “bienes que se agotan, recursos naturales cada vez más contaminados… ¿en qué mundo devastado viviremos mañana? ¡Y pensar que hemos renunciado al intento de cambiarlo!”, puntualizó.

“¡Es horrible: somos muchos! El planeta Tierra tiene una población humana de 7.500 millones de individuos. En el año 2100 seremos 11.000 millones ¿Cómo podrán alimentarse todas esas personas?”, se plantea la escritora.

En su reflexión final declara: “Niños, bienvenidos y buena suerte a todos mientras se abren camino en este mundo podrido que sus padres, quienes los aman mucho, les han dejado. Pasaron tanto tiempo cuidándolos que no tuvieron tiempo de transformarlo. Se dieron por vencidos, renunciaron, colgaron los guantes. ‘El niño es lo más importante’. Nos perdonarán, verdad”.

Su postura se relaciona a lo revelado por un estudio en Alemania, donde uno de cada cinco padres y madres se arrepiente de haber tenido hijos.