Convertirse en madre te cambia la vida en muchos sentidos, pues significa un viaje de mucho cansancio y sacrificio, pero también muy gratificante y lleno de amor.

Aunque la mayoría de los hijos saben que sus madres los aman y harían cualquier cosa por ellos, a veces realmente no le toman el peso al duro trabajo que ha hecho la mujer que les dio la vida.

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En este contexto, Natasha Craig, columnista del portal de contenidos virales UpWorthy, enumeró 10 cosas por las que pasan muchas madres y algunos hijos no lo saben.

¡Prepara los pañuelos!

1. La has hecho llorar… muchas más veces de las que crees

“Ella lloró cuando se enteró que estaba embarazada. Lloró mientras daba a luz. Lloró cuando por primera vez te tuvo en sus brazos. Ha llorado de alegría. Ha llorado de miedo. Ha llorado por preocupación. Ha llorado porque lo que siente por ti es muy profundo. Siente tu dolor y tu felicidad y lo comparte contigo, aunque no te des cuenta”, escribe Natasha.

2. Ella quería ese último trozo de torta/chocolate/galleta

“Pero cuando vio que la mirabas con tus grandes ojos y te saboreabas, ella no pudo comerla. Ella sabía que la haría mucho más feliz ver a su niño o niña con la boca llena en lugar de comer ella”, afirma Natasha.

3. Ha sentido mucho dolor físico

“Cuando jalabas su pelo, le dolía; cuando la agarraste con esas pequeñas uñas afiladas que eran imposibles de cortar, le dolía; cuando la mordiste mientras te amamantaba eso le dolía, también. Cuando te tuvo, también le dolió. Mientras te esperaba, también le dolió”, indicó.

4. Siempre tiene miedo

“Desde el momento en que fuiste concebido, ella hizo todo lo que estuvo en su poder para protegerte. Ella se convirtió en una mama osa”, dice Natasha, agregando que ella pensaba que cosas horribles podían pasarte cada vez que salías, te demorabas en llegar, estabas con un amiguito, porque en su mente nadie podía mantenerte tan seguro como ella misma.

Su corazón casi se salía cada vez que te caías cuando diste tus primeros pasos. Con cada dedo de tu pie golpeado y cada tropiezo, ella estaba lista para socorrerte, y estuvo ahí en cada mal sueño o tus noches de fiebre. Ella estaba ahí para asegurarse de que estabas bien, porque siempre tiene miedo de perderte o de que sufras.

5. Ella sabe que no es perfecta

Natasha afirma que cada madre es su peor crítico. “Conoce todos sus defectos y, a veces se odia a sí misma por ello. Es más dura consigo sí misma cuando se trata de ti. Quería ser la madre perfecta, no hacer nada mal, pero es humana y ha cometido errores. Probablemente, todavía está tratando de perdonarse a sí misma por sus equivocaciones”.

“Ella desea con todo su corazón volver atrás en el tiempo y hacer las cosas de forma diferente, pero no puede, por lo que deberías ser amable con ella y hacerle saber que hizo lo mejor que pudo”.

6. Ella te miraba mientras dormías

Había noches en que despertaba a las 3 a.m. e iba a verte para asegurarse de que estuvieras bien. Apenas podía mantener sus ojos abiertos mientras te cantaba o leía y pedía que por favor te quedaras dormido.

“Luego, cuando finalmente te dormías, su cansancio desaparecía y se sentaba a contemplar tu cara, porque le parecía perfecta”, dice Natasha.

7. Te cargó más veces de las que crees

“La necesitabas así que estuvo ahí para ti. Aprendió a llevarte en brazos mientras limpiaba; a abrazarte mientras comía; incluso a cargarte mientras dormías porque era la única forma en que a veces podías descansar”.

“Sus brazos se cansaban, su espalda se dañó, pero ella se mantuvo inmóvil porque quería tenerte cerca. Te acurrucó, amó, besó, y jugó contigo. Te sentías seguro/a en sus brazos, eras feliz en sus brazos, te sentías amado/a en sus brazos, por lo que con frecuencia le pedías que te cargara”.

8. Su corazón se rompió cada vez que lloraste

No había ningún sonido más triste que el de tus llantos. Ver lágrimas rodar por tus mejillas era algo horrible para ella. Aún lo es. Ella hizo todo lo que estuvo en su poder para impedir que lloraras, y cuando ella no pudo detener tus lágrimas, su corazón se rompió en mil pedazos.

9. Siempre te puso antes que ella

En todo orden de cosas. Comidas, lluvias, sueño. Siempre se preocupó de satisfacer primero tus necesidades. Se pasaba todo el día dándote lo que necesitabas, para que al final del día ella quedara sin energías. Pero al día siguiente, se despertaba y hacía todo de nuevo porque verte sano y feliz es lo que la dejaba tranquila.

10. Lo haría todo de nuevo

“Ser madre es una de las tareas más difíciles que alguien puede hacer, y a veces te lleva al límite. Lloras, sufres, te equivocas, intentas, trabajas, y aprendes. Sin embargo, también experimentas más alegría de lo que pensabas que era posible y sientes más amor del que tu corazón puede contener. A pesar de todo el dolor, la pena, las horas de sueño, tu madre haría todo de nuevo, porque para ella tú lo vales”.

“Así que la próxima vez que veas a tu mamá, dile gracias, nunca está de más escucharlo”, dice Natasha.