Durante 12 años, la exmodelo Breanne Rice usó capas gruesas de maquillaje en su rostro para ocultar la condición que afectaba su piel: el vitiligo.
Aburrida de esta rutina, la bella mujer de 31 años decidió dejar atrás esta etapa y mostrar su cara tal cual es.
“En el último par de años, he decidido que no quiero sentir esto nunca más. Pasé todos mis veinte con la sensación de inseguridad y basando mi autoestima en cómo me veía, no quería mirarme en el espejo y preocuparme por no tener la piel perfecta”, afirmó a Revista People.
Rice fue diagnosticada a los 19 años con el padecimiento, justo cuando empezaba su carrera como modelo. “Mi cara era todo, y yo estaba en constante búsqueda de la perfección. Cuando empezó realmente a manifestarse el vitiligo, sentí como si no pudiera controlarlo y no quería que nadie lo supiera”, confesó.
La exmaniquí contó que esta condición comenzó como una pequeña mancha blanca en su ojo izquierdo, pero de a poco comenzó a expandirse.
“Es algo que le puede pasar a cualquiera, en cualquier momento. Tu cuerpo comienza a atacar tus propias células pigmentarias. Es tu cuerpo contra ti”, comentó.
Aunque ella descubrió que parte del problema estaba en su dieta, y cambió su alimentación para disminuir la reacción en su piel, la pigmentación perdida no se podía recuperar.
Por ello, Rice pasaba horas maquillándose cuidadosamente para ocultarlo, desembolsando una gran cantidad de dinero en cosméticos para este fin.
“Tengo naturalmente un tono de piel trigueño, así que tuve que crear una mezcla para ponerla allí (en la zona despigmentada)”, reveló.
Pero Rice decidió dejar de ocultarse definitivamente luego de que publicara una foto en Instagram mostrando su rostro al natural. Al recibir tanto apoyo y mensajes de mujeres que sentían identificadas, decidió que era hora de dejar atrás los complejos.
“Como cultura, ponemos tanto énfasis en nuestra apariencia exterior. Para mí ver a las mujeres construir su confianza, fue lo que realmente me trajo alegría (al compartir la imagen)”, afirmó.
“Quiero tener un impacto en la vida de la gente de una manera positiva. Tenemos que dejar de lado el estándar de belleza y aprender a aceptarnos a nosotros mismos y no encontrar nuestro valor en nuestra apariencia”, sentenció.
Actualmente, la exmodelo trabaja como asistente de terapia nutricional en Seattle (Estados Unidos) y aunque aún se maquilla en ocasiones ya no tiene miedo de que alguien vea su cara tal como es.
