La historia de vida de Aimee Copeland, originaria de Georgia, es digna de aplaudir.

Todo comenzó en mayo de 2012, mientras disfrutaba de unas vacaciones familiares en el río Little Tallapoosa, al oeste de Atlanta. En este lugar, la joven Aimee de 24 años tropezó, provocándose una grave herida en su pierna.

Tras ser llevada hasta un recinto asistencial, en el que le pusieron 24 puntos, fue dada de alta.

Pero es recién aquí en donde comenzaría la peor de sus pesadillas, ya que tres días después debió volver de urgencia al hospital producto de sus intensos dolores.

Fue ahí cuando los doctores descubrieron que la joven tenía una fascitis necrotizante provocada por una bacteria carnívora llamada Aeromonas hydrophila.

Según consignó el sitio de la cadena CNN su pronóstico no era para nada alentador: la joven presentaba varias fallas orgánicas mientras que sus riñones tenían serios problemas, lo que la obligaba a estar bajo diálisis. Además debía estar conectada a un respirador artificial.

Como si esto no fuera suficiente, la habilidad de su corazón para bombear sangre era de apenas un 10%.

Es así como los médicos se vieron en la obligación de amputarle ambas manos, su pierna izquierda, su pie derecho y parte del abdomen.

Pero fue aquí donde la joven Aimee demostró un coraje y una fuerza a toda prueba, ya que se propuso salir adelante a pesar de su difícil situación, y peleó para tener una vida lo más normal posible.

Y a través de Facebook la valiente mujer ha querido contar su admirable historia, publicando además una serie de imágenes en las que muestra orgullosa su nuevo cuerpo.

“Me ha llevado bastante tiempo para poder sentirme cómoda y aceptar mi nuevo cuerpo. Todos estamos hechos con imperfecciones, y hay mucha belleza en nuestros defectos. ¡Las marcas y los injertos de piel construyen carácter!”, asegura la bella y alegre joven.

“No se trata de lo que tienes, sino de lo que puedes hacer con lo que realmente importa”, agrega en la imagen, la que por cierto ya suma más de 12 mil “me gusta”.

Su experiencia de vida la ha llevado a tener una enorme cantidad de seguidores en la red social, mientras que a través de su sitio web habilitó una opción para recibir donaciones y aportes que irán en beneficio de quienes sufren de su misma condición.

Sin duda, un ejemplo de superación que nos demuestra que incluso en los peores momentos, siempre se puede salir adelante.

Recordemos que un caso similar sucedió con Jeff Hanneman, guitarrista de Slayer quién en 2011 fue picado por una araña, lo que le produjo una fascitis necrotizante. Nunca más pudo volver a la banda, y murió en 2013. Posteriormente se supo que también tenía problemas con el alcohol.