De acuerdo a los resultados del informe anual de seguridad aérea, emitido por la consultoría belga To70, 2017 fue el año más seguro en la historia de la aviación comercial debido a que no se registró la caída de ningún avión de este tipo alrededor del mundo.

En 2016, en cambio, 271 personas perdieron la vida en accidentes aéreos, entre los cuales se encuentra la tragedia de Chapecoense que aportó 71 víctimas a la cifra final.

En 2015, en tanto, murieron 471 personas y, en 2014, 864 personas murieron, entre las cuales destaca la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines.

Pese a que durante la jornada de este domingo 31 de diciembre dos turbohélices, las que llevaban un total de 13 personas a bordo, se estrellaron en Costa Rica y Australia -muriendo todos quienes viajaban en ellas- ambas eran naves pequeñas que pesaban menos de 5.700 kilos, por lo que quedaban bajo el umbral que consideró el informe, consignó The Independent.

Entre los accidentes que incluye el reporte para el año recién pasado se encuentran la caída de una ambulancia aérea en Angola en octubre luego que los pilotos perdieran el control tras sufrir la falla de uno de los motores, dejando siete muertos en los que se incluye el paciente trasladado.

A ese se suma la caída de un Boeing 747 usado como avión de carga en la capital de Kirguistán, Bishkek, el cual sobrepasó la pista de aterrizaje y se estrelló contra una villa aledaña dejando 35 víctimas fatales.

Las posibilidades que un avión se vea envuelto en un accidente están en el orden de una en un millón, indicó el investigador a cargo del escrito, Adrian Young.

No obstante, Young indicó al medio que esta marca será difícil de mantener en el tiempo, “en parte porque estas cifras positivas se basan en la ‘buena fortuna’, sin embargo el nivel de seguridad que la aviación ha alcanzado es destacable”, dijo.

Aún así, aseveró que los riesgos de la aviación civil “siguen siendo altos” en relación a los accidentes no fatales que afectaron al mundo este año, entre los cuales Young recordó “la espectacular pérdida de una válvula de ventilación y de parte de la cubierta de un motor de un avión A380 de Air France en septiembre del año pasado en Groenlandia.