Los incendios en la zona central de la provincia de Columbia Británica, en el oeste de Canadá, provocaron más evacuaciones este fin de semana, subiendo la cifra total de desplazados a 37.000 desde que comenzó la catástrofe hace más de una semana.

Las llamas, alimentadas por fuertes vientos, forzaron a las autoridades a tomar nuevas medidas de evacuación: la principal afectó a la ciudad de Williams Lake, que tiene una población de 11.000 habitantes.

Las órdenes de evacuación, anunciadas el sábado en la noche, involucraron a un total de 24.000 personas en la región, de acuerdo a la cadena pública CBC.

La mayoría de los evacuados se dirigieron al pueblo de Kamloops, al sur de Williams Lake, que comenzaba a tener dificultades para acogerlos.

El ministro de Transporte de la provincia, Todd Stone, afirmó en una conferencia de prensa este domingo que entre 36.000 y 37.000 personas han debido abandonar sus hogares desde que se declaró el estado de emergencia el 7 de julio, debido a la cantidad de incendios que han tenido lugar por el calor y el clima seco.

De acuerdo a las autoridades locales, 162 focos estaban todavía activos el domingo y unos 15 amenazaban a varias comunidades. Alrededor de 3.000 bomberos, incluyendo 415 de otras provincias, luchaban contra el fuego.

Un helicóptero que combatía las llamas se estrelló el sábado. El piloto, única persona a bordo, resultó herido y fue hospitalizado, dijo el portavoz del departamento de bomberos, Navi Saini.