El jurado del juicio a Rurik Jutting, banquero británico juzgado por el asesinato de dos jóvenes indonesias en Hong Kong, vio el martes filmaciones de las torturas infligidas a una de las víctimas, cuyo cuerpo en descomposición fue hallado en una maleta en la vivienda del acusado.

El hombre, de 31 años, que trabajaba para el Bank of America Merrill Lynch, es juzgado por asesinatos por la Alta Corte de la antigua colonia británica.

Se declaró no culpable de estas acusaciones, y reconoció simplemente dos homicidios involuntarios cometidos en estado de responsabilidad disminuida.

Sumarti Ningsih, de 23 años, y Seneng Mujiasih, de 26, fueron descubiertas muertas el 1 de noviembre de 2014 en el apartamento de lujo del acusado, en un inmueble residencial de Wanchai.

Este barrio de oficinas y restaurantes es conocido también como lugar de prostitución frecuentado por extranjeros.

Según la acusación, Sumarti Ningsih, a quien el hombre propuso relaciones sexuales tarifadas, fue torturada durante tres días desde el 25 de octubre de 2014, antes de ser asesinada en la ducha con un cuchillo-sierra.

El acusado colocó luego su cadáver en una maleta, que dejó en su balcón, antes de ir a buscar a su segunda víctima, según explicó el lunes el fiscal general John Reading, en el primer día del proceso.

El acusado filmó la escenas de tortura con su iPhone. Unos 20 minutos de la filmación fueron mostrados a los miembros del jurado en pantallas individuales.

El 31 de octubre, Jutting propuso a la otra víctima, Seneng Mujiasih, relaciones sexuales a cambio de dinero, en su domicilio. Poco después la degolló.

Al llegar al lugar, la policía la encontró desnuda en un charco de sangre, con cortes en el cuello y en las nalgas. El cuerpo de la primera víctima, en una maleta en el balcón, sólo fue descubierto varias horas después.

El acusado mantuvo los ojos cerrados durante la difusión de los videos, en los que alude a sus “fantasías negras”: “Cuando estoy ‘pasado’ de cocaína, tengo tendencia a hacer daño” afirma en la filmación, dirigiéndose a la cámara, con el torso desnudo.

Organizaciones de apoyo a migrantes pidieron justicia para las dos mujeres e indemnizaciones a sus familias. Mujiasih llegó a Hong Kong con un visado de empleada doméstica y Ningsih con uno de turista.