Un niño kamikaze de “12 o 13 años” se hizo estallar el martes en la “zona verde” -el barrio diplomático- de Kabul, dejando al menos cinco muertos en un ataque reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).

Se trata del primer atentado en cinco meses contra el barrio diplomático de la capital afgana, cuya seguridad fue reforzada desde el atentado con camión bomba el 31 de mayo, que dejó 150 muertos y 400 heridos.

El atentado, reivindicado por el EI en la mensajería Telegram, supone un severo golpe a la credibilidad de las autoridades y del presidente Ashraf Ghani, a quienes las embajadas habían instado a estrechar la vigilancia en este barrio, tras la masacre de mayo pasado.

Según un comunicado, el presidente Ghani “ordenó una minuciosa investigación” para determinar cómo el kamikaze pudo infiltrarse en la zona.

El último balance oficial del ministerio de Salud fijó en al menos cinco el número de muertos, y 20 el de heridos.

“El atentado fue cometido por un kamikaze, a pie, de 12 a 13 años”, declaro a la AFP el portavoz del ministerio del Interior, Najib Danish.

El ataque se produjo a las 16:00 (08:30 de Chile), a la hora de la salida de las oficinas, en medio de peatones y ciclistas.

El objetivo del ataque pudo haber sido la oficina de protocolo del ministerio de Defensa, según su portavoz Dawlat Waziri.

Desde las oficinas de la AFP, cerca de lugar, se escuchó la explosión y las sirenas de las ambulancias que se dirigían hacía allí.

El aire quedó inmediatamente impregnado de polvo y de una densa humareda. Civiles y policías acudieron rápidamente al lugar para evacuar a las víctimas, según constataron los fotógrafos de la AFP.

Este ataque es el décimo reivindicado por el EI en Kabul desde el pasado mes de enero.