Miles de personas asistieron este lunes en la capital yemení a la ejecución de un hombre condenado a muerte por la violación y el asesinato de una niña de tres años, un caso que conmovió al país.

Mohamed al Moghrabi, de 41 años, fue trasladado hasta la plaza Tahir, en el centro de Saná, en medio de un imponente dispositivo de seguridad porque la policía temía que fuera linchado por la multitud.

El reo recibió 100 latigazos, que formaban parte de su condena, antes de ser tumbado en el suelo boca abajo y ejecutado de varios balazos a la altura del omoplato para que le alcanzaran el corazón.

El veredicto preveía una ejecución pública porque las autoridades de la capital yemení -controlada por los rebeldes chiitas hutíes proiraníes- querían convertirla en un ejemplo de su voluntad para luchar contra el crimen.