Al menos 40 personas murieron este martes en ataques suicidas del grupo yihadista Estado Islámico (EI) contra un campo de refugiados y desplazados en Siria, cerca de la frontera con Irak, cuando crece la presión contra la organización en ambos países.

Ofensivas contra yihadistas

En Siria, una ofensiva de la coalición de árabes y kurdos busca expulsar a los yihadistas de su principal bastión de Raqa (norte). En Irak, las tropas gubernamentales intentan sacarlo de Mosul (norte), su último gran bastión.

En las dos ofensivas, las fuerzas en el terreno están apoyadas por aire por los ataques de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos y por tierra por asesores militares estadounidenses.

Ataques suicidas

Pese a la creciente presión en estos dos países, donde el EI proclamó un “califato” en las regiones que conquistó en 2014, la organización yihadista logra perpetrar sangrientos ataques.

En el noreste de Siria, cerca de la frontera con Irak, cinco kamikazes del EI se hicieron estallar cerca y dentro de un campo de refugiados iraquíes y de desplazados sirios, a lo que siguieron intensos combates con las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Al menos 38 personas, incluidos 23 civiles, murieron y decenas resultaron heridas en el ataque contra este campo situado en la región de Rajem al Salibi, en la provincia de Hassaké, había adelantado el OSDH. “Algunos kamikazes lograron entrar en el campo”, añadió.

Combates en Tabqa

Según el OSDH, este campo temporal alojaba a 300 familias que huyeron de Irak o de la provincia siria de Deir Ezzor, controlada en su mayoría por el EI.

Las FDS son una de las principales fuerzas que combaten a la organización ultrarradical en Siria. Ahora controlan en un 80% el feudo yihadista de Tabqa (norte), una ciudad clave hacia Raqa, considerada la capital del EI en Siria.

Este martes, los yihadistas y las FDS libraban “violentos enfrentamientos” en los dos últimos grandes barrios todavía en manos del EI, según esta alianza.

Desde noviembre, la gran ofensiva de las FDS para recuperar Raqa les permitió ganar parte del territorio en la provincia del mismo nombre.

Desde su creación en 2015, las FDS expulsaron de varios de sus feudos en Siria a los yihadistas.

El conflicto sirio han provocado más de 320.000 muertos y millones de desplazados desde su inicio en 2011, y la presencia extranjera es determinante en el rumbo de la guerra.

Una nueva ronda de negociaciones entre los rebeldes y el régimen para alcanzar un alto el fuego en Siria está prevista para el miércoles y jueves en Astaná, capital de Kazajistán. Las tres reuniones anteriores concluyeron sin ningún avance.

Desviar la atención

En el vecino Irak, diez soldados murieron y seis resultaron heridos en una emboscada del EI contra una base del ejército cerca de la localidad de Rutba, a unos 300 km al oeste de Bagdad, indicó un oficial a la AFP.

Los yihadistas lanzaron cohetes y morteros antes de intentar lanzar el asalto. Los enfrentamientos duraron dos horas, según estas fuentes.

Los yihadistas multiplicaron los ataques contra las fuerzas de seguridad desde hace diez días en la provincia de Al Anbar, donde murieron una treintena de miembros de las fuerzas de seguridad. Según un general iraquí, el EI controla aún cerca del 30% de esta provincia.

Según responsables militares, los ataques del EI forman parte de una estrategia para desviar la atención de las fuerzas iraquíes del frente de Mosul en ayuda de sus combatientes asediados.

Las tropas gubernamentales lanzaron el 17 de octubre una ofensiva para reconquistar Mosul, segunda ciudad del país en manos del EI desde 2014. Estas retomaron la parte oriental a finales de enero y buscan ahora reconquistar la parte occidental.

Una derrota en Raqa y Mosul podría significar el final de esta organización yihadista responsable de atrocidades y crímenes contra la humanidad.