El órgano que fiscaliza la acción gubernamental en Israel publica el martes un informe que sería severo con el primer ministro Benjamin Netanyahu y sus generales sobre la preparación de las Fuerzas Armadas para la guerra de Gaza de 2014.

Los soldados israelíes que participaron en la guerra de julio-agosto de 2014 tuvieron que lidiar con los túneles militares de Hamas sin disponer de un plan operacional apropiado para hacer frente a lo que, junto con los cohetes, es una de las armas estratégicas de su adversario, debería asegurar el informe.

El responsable sería el primer ministro, el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor de entonces, así como los jefes de los diferentes servicios de inteligencia que sólo parcial y tardíamente informaron a los miembros del gabinete restringido a cargo de los temas de seguridad.

Bien informado, el gabinete habría podido presionar al primer ministro y a los generales, debería decir el informe elaborado por la agencia fiscalizadora del Etado.

El documento analiza la más mortífera de las tres guerras del ejército israelí en la Franja de Gaza desde que Hamas, enemigo de siempre de Israel, tomó el poder en 2007, que dejó 2.251 muertos del lado palestino, de los cuales 551 niños, y más de 10.000 heridos según la ONU; y 74 muertos israelíes, de los cuales 68 soldados.

El texto es un análisis político y no operacional que examina el proceso de decisión de antes y después de la campaña militar, en particular sobre los túneles.

Antes incluso de su publicación, Netanyahu y los que defienden cómo se hizo esa guerra reaccionaron.

“Infligimos a Hamas el golpe más duro que jamás haya visto. Matamos a unos mil terroristas de Hamas y sus comandantes más eminentes”, dijo Netanyahu el lunes hablando de una “completa coordinación entre responsables políticos y militares”.

‘Ajuste de cuentas’

El informe se publica en un momento en que Netanyahu está bajo presión del ala derecha de su gobierno y las investigaciones policiales por presunta corrupción.

Israel está acostumbrado desde hace años a las elecciones anticipadas y los adversarios de Netanyahu se concentran en atacar a un jefe de gobierno que debe su longevidad en el poder a su reputación sobre la gestión eficaz de los temas de seguridad.

Desde fines de agosto de 2014, Israel y Hamas se rearman de cara a la próxima contienda, que ninguno de los dos parece querer.

El ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, advirtió que la próxima campaña contra Hamas sería la última. Hamas afirma por su parte que continúa construyendo túneles, la pesadilla de los israelíes vecinos inmediatos de la franja de Gaza.

Los israelíes no olvidaron el video que muestra a combatientes palestinos infiltrándose por un túnel a Israel para matar a cinco soldados durante la guerra.

El ministro nacionalista y religioso, Naftali Bennet, que complica al primer ministro al disputarle el ala más a la derecha del electorado israelí, debería ser uno de los primeros en ufanarse de haber enfrentado entonces a Netanyahu y a los generales y de haber reclamado un plan contra los túneles.

La guerra de 2014 terminó sin un claro vencedor. Netanyahu reivindica como un éxito la relativa calma en vigor a lo largo de la frontera.

El ministro de Defensa aseguró por su parte que dejando de lado “el ajuste de cuentas y las recriminaciones” del momento, el ejército se abocó a “corregir lo que debía corregirse” luego de la operación, dijo.

“Políticamente hay mucho ruido en este momento”, dijo el analista Avraham Diskin, “pero en un mes todo se olvidará”.