El parlamento israelí aprobó este lunes una controvertida ley que legaliza decenas de colonias judías construidas en territorios privados en la Cisjordania ocupada.

Fue aprobada por 60 miembros del Parlamento contra 52, y luego de pasar la lectura final, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, señaló que había informado a la Casa Blanca sobre el asunto.

La ley implicaría la legalización de unas 3.800 viviendas israelíes en unas 53 colonias ‘salvajes’ y otras reconocidas. En total serían expropiadas unas 800 hectáreas de tierras palestinas, según la ONG La Paz Ahora.

La Organización de Liberación Palestina (OLP) reaccionó en un comunicado e indicó que la nueva ley significa “legalizar el robo” de la tierra palestina” y que “el Gobierno israelí quiere destruir cualquier posibilidad de solución política” del conflicto.

La aprobación de la ley que permite a Israel apropiarse de cientos de hectáreas de tierras palestinas en Cisjordania ocupada, se dio pese a la preocupación mostrada por la ONU e incluso por la administración de Trump.

La ley supondría un paso más hacia la anexión -al menos parcial- de Cisjordania, algo que reclaman abiertamente algunos ministros, como el de Educación, Naftali Bennett, -líder del partido Hogar Judío- ardiente defensor de los colonos.

Amona

Quienes apoyan el texto, sostienen que este permitiría a los colonos vivir sin el temor permanente a la expulsión cuando las organizaciones de izquierda interponen demandas ante la justicia israelí por la construcción en tierras privadas palestinas.

Así le ocurrió la semana pasada la colonia de Amona, de entre 200 y 300 habitantes, declarada ilegal por el Tribunal Supremo israelí.

Este lunes, Israel comenzó a desmantelar Amona, la colonia en Cisjordania que ha estado en el centro de una batalla política y legal durante varios años.

La mayoría de las construcciones de Amona eran

prefabricadas.

Máquinas topadoras y remolcadoras recuperaron las casas que podían llevarse y destruyeron otras. La gran mayoría de los colonos se fueron pacíficamente con antelación.

En cambio, los policías emplearon la fuerza para echar a centenares de jóvenes que llegaron de colonias vecinas con la convicción de que estas tierras de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, son israelíes según la Biblia, digan lo que digan los jueces, los palestinos o la comunidad internacional.

La Corte suprema israelí ordenó en 2014 la evacuación de Amona, ilegal para ellos porque está construida en tierras privadas palestinas.

Donald Trump

A diferencia de Israel, la ONU considera a todas las colonias como ilegales y obstáculo a la paz entre israelíes y palestinos.

La Corte suprema había dado a las autoridades israelíes hasta el 8 de febrero para desalojar el lugar.

Amona llevó al primer ministro Benjamin Netanyahu a prometer en compensación la creación de una nueva colonia, que sería la primera impulsada por el gobierno en los últimos 25 años.

El caso de Amona cristalizó la problemática de la colonización en el momento crucial de la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, considerado como más favorable a las posiciones israelíes que su antecesor Barack Obama. Desde que asumió el nuevo presidente estadounidense, el 20 de enero, Israel ha hecho cinco nuevos anuncios de colonización.