Más de un millar de habitantes de la zona rebelde del este de Alepo fueron evacuados con cuentagotas este miércoles a causa de una tormenta de nieve que dificultó la salida de los convoyes de la segunda ciudad de Siria, a punto de caer por entero en manos del gobierno.

El proceso de evacuación se ha llevado a cabo a un ritmo irregular y el fin de semana pasado había sido suspendido debido a desacuerdos entre las partes a propósito de la evacuación de dos localidades chiitas sitiadas por los rebeldes en la provincia vecina de Idlib.

El fin de la evacuación permitirá al gobierno sirio sellar la victoria militar más importante desde 2011, cuando comenzó esta devastadora guerra que causó hasta el momento la muerte de 310.000 personas y el desplazamiento de la mitad de la población.

Los habitantes que quedan en el este de Alepo, desprovistos de todo, entre ellos numerosos mujeres, niños y ancianos, esperaron bajo la nieve salir de la ciudad en la que vivieron asediados durante meses, sufriendo los bombardeos de los aviones sirios y rusos.

Tras una detención de 24 horas, “20 buses transportando a hombres armados y sus familias” dejaron Alepo en dirección a los territorios bajo control rebelde al oeste de esta ciudad, anunció la televisión estatal.

Este convoy transportaba a por lo menos 1.500 personas, entre las cuales 20 heridos, según Ahmad al Dbis, jefe de una unidad de médicos y voluntarios que coordina las evacuaciones en Khan al Assal, punto de acogida en la zona rebelde.

El número de personas que aún quedan en el reducto rebelde no está claro por el momento.

Buses sin calefacción

Una fuente militar siria dijo que se esperaba que la evacuación de los últimos habitantes de (el este de) Alepo concluya este miércoles, pero los frecuentes retrasos y la meteorología plantean dudas al respecto.

“Todas las evacuaciones serán terminadas hoy, en varios convoyes”, también indicó a la AFP un responsable del grupo rebelde Ahrar al Sham, Ahmad Qorra Ali.

Bajo una intensa nevada, varios autocares atravesaron Ramussa, un barrio periférico en el sector gubernamental por el que transitan los evacuados, según un corresponsal de la AFP.

“Los buses no están calefaccionados. Los pasajeros, mujeres, niños y ancianos sufren el frío. No tienen agua ni alimentos”, advirtió Al Dbis.

El director para Oriente Medio del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Robert Mardini, tuiteó que “las condiciones climáticas son difíciles y la gente está agotada”.

“Todos los heridos y enfermos en estado crítico han sido evacuados de Alepo en estos últimos días”, precisó a la AFP una portavoz del CICR, Ingy Sedky.

En total, más de 25.000 personas, rebeldes y civiles, abandonaron Alepo desde el 15 de diciembre, indicó el CICR.

Fua y Kafraya

Además de las condiciones climáticas, la demora de la evacuación se ha debido a la necesidad de sincronizar las salidas de Alepo con las de las localidades chiitas de Fua y Kafraya, en la provincia de Idlib, sitiadas por los rebeldes, indicó a la AFP una fuente militar siria.

“Más de 1.700 personas esperan salir de Fua y Kafraya”, señaló la fuente militar.

El acuerdo, apadrinado por Rusia, Turquía e Irán, prevé que las evacuaciones de Alepo y las dos localidades chiitas se efectuaran simultáneamente.

En la víspera, el ejército sirio exhortó a través de altavoces a los rebeldes y a los civiles a que salgan del reducto rebelde del este de la ciudad de Alepo.

Una fuente militar siria dijo a la AFP que el ejército quiere rápidamente “limpiar la zona tras la salida de los hombres armados”.

El lunes pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad y con el apoyo de Rusia el despliegue de 20 observadores “nacionales e internacionales” para supervisar las evacuaciones e informar sobre la situación de los civiles.

La crisis siria parece haber quedado en manos de Rusia e Irán, aliados indefectibles del régimen sirio, y Turquía, que apoya a los rebeldes, tras la reunión que los ministros de Exteriores celebraron la víspera en Moscú sin presencia de Estados Unidos ni países europeos.

Los tres países declararon que eran favorables a un alto el fuego “ampliado” en Siria y que estaban dispuesto a ser los “garantes” de conversaciones de paz que la ONU dice preparar para febrero próximo en Ginebra.