Ya no queda en funcionamiento ningún hospital en el este de la bombardeada ciudad siria de Alepo que controlan los rebeldes y donde viven 250.000 civiles, anunció el lunes la ONU.

Los hospitales han sido reiteradamente bombardeados por el ejército sirio, sobre todo tras la intensificación de los ataques desde la semana pasada para reconquistar íntegramente la ciudad.

No hay actualmente ningún hospital en servicio en la parte asediada de la ciudad” afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un comunicado, citando informes procedentes de la zona.

“Más de 250.000 hombres, mujeres y niños que viven en Alepo-Este están ahora privados de acceso a cuidados en los hospitales”, añadió la OMS.

Los servicios de salud “aún están disponibles en pequeñas clínicas” pero el tratamiento para traumatismos, intervenciones quirúrgicas importantes y otros cuidados urgentes ya no están asegurados.

Las agencias de la ONU, entre ellas la OMS, no tienen acceso a Alepo-Este desde julio, cuando el ejército regular sirio tomó el control de la última vía de suministro de los barrios rebeldes, privándolos desde entonces de alimentos y medicamentos.

El emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura -cuyos esfuerzos para negociar un acceso a Alepo-Este han fracasado- advirtió el domingo que “el tiempo se agota y estamos en una carrera contrarreloj” para evitar una catástrofe humanitaria.

Los civiles que viven en la parte oeste de Alepo, bajo control del régimen, también sufren sangrientos ataques de los rebeldes, pero la ayuda humanitaria sigue llegando a sus barrios.