La ONU anunció este lunes la entrada en vigor de un alto al fuego de 72 horas, prorrogable, en Yemen a partir del jueves, con la esperanza de solucionar un conflicto que ha causado casi 7.000 muertos en 18 meses y una grave crisis humanitaria.

Esta tregua comenzará este miércoles a las 23:59 hora local (20:59 GMT), indicó en un comunicado el mediador de la ONU para Yemen, Ismail Uld Cheikh Ahmed, quien dijo que había recibido el compromiso de “todas las partes” involucradas en la guerra civil en ese país.

El presidente Abd Rabbo Mansur Hadi, que combate a los rebeldes chiitas hutíes con el respaldo de una coalición militar árabe conducida por Arabia Saudita, había anunciado anteriormente un cese al fuego de 72 horas sujeto a prórroga, sin mencionar la fecha de inicio.

El mediador presentó la tregua como una “reanudación de la cesación global de hostilidades” que había sido instaurada el 10 de abril pasado, pero que no fue respetada.

Destacó en su comunicado divulgado en Nueva York que esta nueva tregua “evitará al pueblo yemenita nuevos derramamientos de sangre y permitirá ampliar la entrega de ayuda humanitaria”.

El mediador demandó a “todas las partes yemenitas, a los países de la región y a la comunidad internacional promover el pleno respeto de esta cesación de hostilidades y asegurarse de que ella conduzca a poner fin al conflicto de manera permanente y durable”.

Desde la entrada en liza de la coalición dirigida por los sauditas, en marzo de 2015, el conflicto causó más de 6.900 muertos y tres millones de desplazados.

Unos tres millones de yemenitas necesitan ayuda alimentaria inmediata y 1,5 millones de niños sufren desnutrición, señaló la Unicef.

¿Negociaciones de paz?

Unas negociaciones de paz interyemenitas habían sido suspendidas el 6 de agosto tras tres meses de discusiones en Kuwait bajo la égida de la ONU.

Estados Unidos, Gran Bretaña y Naciones Unidas llamaron el domingo desde Londres a los beligerantes a decretar un cese al fuego inmediato.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo que era “tiempo de establecer un cese al fuego sin condiciones y luego volver a la mesa de negociaciones”.

El viernes, el Reino Unido había anunciado que presentaría un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de la ONU llamando a reanudar las negociaciones de paz, pero el embajador británico ante Naciones Unidas, Matthew Rycroft, dijo el lunes que Londres esperaría el resultado de los últimos esfuerzos de mediación de la ONU para someter su texto.

La guerra opone a las fuerzas del presidente Hadi a los hutíes, aliados a fuerzas fieles al exjefe de Estado Alí Abdallah Saleh.

Los rebeldes controlan la capital, Saná, y zonas del norte, del oeste y del centro del país mientras las fuerzas pro Hadi reconquistaron zonas del sur, pero tienen dificultades para avanzar a pesar de una intensa campaña de bombardeos de la coalición árabe, acusada de haber causado numerosas víctimas colaterales.

El 8 de octubre, un ataque aéreo de esta coalición causó, según la ONU, 140 muertos y 525 heridos durante una ceremonia fúnebre en Saná, suscitando fuertes protestas de la comunidad internacional.

La coalición liderada por Arabia Saudita, que en primera instancia negó toda responsabilidad en la matanza, luego la admitió y anunció “compensaciones” para las familias de las víctimas “civiles”.

El 9 y el 12 de octubre, los rebeldes fueron a su vez acusados de lanzar misiles contra barcos de guerra estadounidenses en el mar Rojo, provocando que por primera vez Washington respondiera.

Tras esta escalada, en los últimos días aparecieron signos de cierta calma que permiten presagiar una vuelta a las negociaciones, en parte porque el costo de la guerra resulta cada vez más oneroso para los beligerantes, según expertos.