Una serie de ataques aéreos nuevamente dejaron decenas de muertos en Siria, a menos de 24 horas de las entrada en vigor de un acuerdo de tregua negociado entre Moscú y Washington.

A excepción de un grupo islamista que lo rechazó, la insurgencia y la oposición política no habían reaccionado de momento de manera oficial al acuerdo concluido el viernes en Ginebra, mientras que Bashar al Asad y sus aliados (Irán y el Hizbolá libanés) aseguraron que lo respetarían.

Pese a ello, la oposición seguía mostrando sus dudas hacia el acuerdo, especialmente tras los nuevos bombardeos mortales efectuados en zonas rebeldes.

Este enésimo intento de acabar con los combates debería comenzar la noche del lunes, coincidiendo con el Aid el Adha, la fiesta musulmana del sacrificio.

Se ha previsto una primera tregua de 48 horas a partir de las 19:00 horas locales, según el emisario estadounidense para Siria, Michael Ratney.

Sin embargo, se impone la prudencia ante el acuerdo tras el fracaso de todas las iniciativas diplomáticas planteadas desde hace cinco años y medio para poner fin a un conflicto que ha acabado con la vida de más de 290.000 personas y ha obligado a millones de sirios a abandonar sus hogares.

El único grupo en pronunciarse ha sido Ahrar al Sham, influyente sobre el terreno, al considerar que solo servirá para “reforzar” al régimen de Damasco y “aumentar el sufrimiento” del pueblo.

El responsable de Ahrar al Sham también rechazó el segundo punto del acuerdo en virtud del cual Washington debía convencer a los rebeldes de disociarse de un importante aliado yihadista, el frente Fateh al Sham (exFrente Al Nosra). Y este último, aseguró en Twitter que el acuerdo trataba “de eliminar a quienes protegen a los sirios” (en referencia a sí mismos).

Bombardeos “día y noche”

La respuesta de la oposición podría verse influenciada por la serie de bombardeos aéreos mortales que siguieron el sábado, al anuncio del acuerdo rusoestadounidense.

El ACN precisó el domingo que todavía no podía dar una respuesta al texto rusoestadounidense, cuyo contenido no se ha hecho público.

En abril, el ACN abandonó la mesa de negociaciones indirectas iniciadas en Ginebra para tratar de encontrar una solución política.

Bassma Kodmani, integrante del Alto Comité de Negociaciones (ACN), que agrupa a los principales representantes de la oposición y la rebelión sirias, expresó sus dudas el sábado sobre si el régimen respetaría la tregua.

En el fin de semana, los ataques mataron a al menos 62 personas, incluidos 13 niños, en la ciudad rebelde de Idleb (noroeste) el sábado y a seis en Alepo el domingo, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

“Rezamos para que haya un alto el fuego con el fin de dar un respiro a los civiles” después de “los bombardeos, día y noche”, declaró Abu Abdalá, que vive en un barrio rebelde de Alepo. “La población ya no tiene esperanza“, lamentó.

Ayuda a Alepo

Según el texto, Washington tiene que convencer a los grupos rebeldes llamados moderados de que rompan lazos con los yihadistas, con los que están aliados principalmente en las provincias de Alepo e Idleb.

El principal grupo yihadista implicado es el Frente Fateh Al Sham, exFrente Al Nosra, que recientemente se desvinculó de Al Qaida. Aún así, sigue siendo considerado como un grupo “terrorista” por Moscú y Washington.

Uno de los objetivos del acuerdo es crear, según el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, “un centro conjunto” rusoestadounidense destinado a coordinar eventuales bombardeos de ambas potencias contra los yihadistas, en particular, el grupo Estado Islámico (EI).

El pacto prevé también la entrega de ayuda humanitaria en las zonas asediadas o de difícil acceso, incluida Alepo, principal frente del conflicto, a través de la carretera de Castello (al norte), que tendrá que “desmilitarizarse“.

El acuerdo rusoestadounidense obtuvo el apoyo de Turquía, que dirige desde finales de agosto una ofensiva en el norte de Siria contra del EI y los kurdos, Reino Unido, Francia y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.