Las fuerzas del régimen sirio intentaban evitar el cerco total de los barrios que controlan en Alepo (norte), después de sufrir un duro revés frente a una coalición de rebeldes y yihadistas en la segunda ciudad del país, clave en el conflicto.

Esta coalición, el Ejército de la Conquista, anunció la noche del domingo que lanzaba la batalla para retomar toda la ciudad de Alepo.

“Anunciamos el inicio de la nueva fase para la liberación de todo Alepo y anunciamos que vamos a duplicar el número de combatientes para que puedan participar en esta batalla”, declaró esta coalición.

“Sólo cesaremos de luchar cuando la bandera de la conquista ondee en la ciudadela de Alepo”, añadió.

Durante toda la jornada, los aviones del régimen sirio de Bashar al Asad y de Rusia, su principal aliado, bombardearon los barrios rebeldes de esta ciudad, según un corresponsal de la AFP.

Otras zonas rebeldes al sur de Alepo fueron blanco de docenas de ataques aéreos de las fuerzas sirias en las últimas horas, según una fuente militar citada por medios estatales.

“Las fuerzas aéreas han efectuado 21 salidas y bombardearon 86 veces a los terroristas al sur y oeste de Alepo en el transcurso de los últimas doce horas”, declaró esta fuente, citada por la agencia oficial Sana.

El sábado, los rebeldes, apoyados por el Frente Fateh al Sham (antiguo Frente Al Nusra, que renunció a su vínculo con Al Qaida) dieron un giro completo a la situación en Alepo al romper el asedio impuesto desde el 17 de julio a sus barrios del este y rodear las zonas controladas por el régimen en el oeste de la ciudad.

El régimen reconoció implícitamente la amenaza que pesa sobre los distritos bajo su control, donde los habitantes comenzaron a almacenar alimentos.

“Nuestras tropas se redesplegaron después de haber hecho frente al choque del ataque de miles de mercenarios y encontraron una vía alternativa para el suministro de comida y gasolina”, aseguró la televisión pública.

“El ejército sirio y sus aliados sufrieron una derrota muy dura“, afirmó el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.

La alianza de grupos rebeldes y yihadistas anunció el sábado que conquistó el barrio gubernamental de Ramusa, en la periferia sur de Alepo.

Desde allí, lograron abrir una ruta con los barrios rebeldes del este, donde el régimen tenía asediados a unos 250.000 habitantes.

Nerviosismo en el sector prorrégimen

De acuerdo a un video difundido en las redes sociales, los rebeldes evacuaron a un pequeño grupo de civiles, la mayoría mujeres y niños, de un lugar presentado como Ramusa.

Además, los rebeldes difundieron fotos de siete camiones llenos de frutas y verduras entrando en sus barrios en Alepo.

La ruta abierta por los rebeldes sigue siendo, no obstante, peligrosa para los civiles, subrayó Abdel Rahman.

Según él, son los barrios prorrégimen los que están asediados. “Ya no hay ninguna ruta segura para los civiles que se encuentran en estos barrios para entrar o salir de la ciudad”, apuntó.

Habitantes de este sector indicaron el domingo a la AFP que una multitud de personas acudió al mercado para comprar comida y agua, en previsión de un asedio.

“El precio del pan se ha cuadruplicado, pasando de 200 (0,36 euros) a 800 libras sirias (1,4 euros). Tenemos miedo de lo que pueda suceder si el camino permanece cerrado por mucho tiempo”, dijo a la AFP Walaa Hariri, de 48 años.

“Los niños fueron a la escuela pero estaban muy nerviosos. En lugar de las clases normales, el profesor les enseñó cómo reaccionar en caso de bombardeos“, añadió esta madre de cuatro niños.

Según la agencia de prensa oficial siria, Sana, 10 civiles murieron el sábado en bombardeos de los rebeldes contra dos distritos controlados por el régimen.

‘Inaceptable’

Al menos 130 civiles han muerto desde que la alianza de grupos islamistas y yihadistas lanzara una contraofensiva en el sur de Alepo el 31 de julio, según el OSDH.

El papa Francisco denunció desde la plaza San Pedro de Roma el número “inaceptable” de víctimas civiles en Alepo. “Es inaceptable que tantas personas sin defensa –y tantos niños– tengan que pagar por ese conflicto”.

En otra muestra del nivel de violencia vigente en esta batalla crucial para ambos bandos, más de 700 combatientes murieron en una semana, según el OSDH.

En otro frente, los combatientes árabes y kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyados por Occidente, consiguieron una importante victoria frente al grupo yihadista Estado Islámico (EI), al arrebatarles su bastión de Manbij, a unos 60 kilómetros al noreste de Alepo.

La guerra en Siria comenzó en 2011, tras la represión por parte de Damasco de una revuelta popular que reclamaba reformas. Desde entonces, más de 280.000 personas han perdido la vida y millones de sirios se han visto obligados a abandonar sus hogares.