El Consejo de Seguridad de la ONU se reuniría en principio el miércoles próximo para discutir el informe de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) sobre el agente neurotóxico usado para envenenar al exespía ruso Serguéi Skripal y su hija.

La reunión fue solicitada por la misión de Londres ante la ONU y trascendió que tendría lugar el miércoles próximo, horas antes de un encuentro del Consejo Ejecutivo de la OPAQ ese mismo día.

La OPAQ confirmó la tesis británica de que se usó un agente neurotóxico de la familia Novitchok contra los Skripal en Salisbury, Inglaterra, el 4 de marzo. El químico es de “alta pureza”, según la organización con sede en La Haya (Holanda), que no estableció su origen ni responsabilidades.

El gobierno británico indicó que la sustancia fue concebida por Moscú en la era soviética y acusó directamente a Rusia del atentado.

Este jueves la embajadora británica Karen Pierce indicó a los periodistas que los expertos de la OPAQ “coinciden explícitamente con los análisis británicos. Esto fue un agente nervioso de grado militar y de alta pureza”.

Además dijo que la reunión de la próxima semana en la ONU será para informar al Consejo sobre los últimos detalles del incidente, y que no se esperaba que se tomara ninguna acción durante el encuentro.

De su lado, Rusia emitió paralelamente su reacción contraria.

“Rusia no creerá las conclusiones en el caso Skripal mientras no tenga acceso a los análisis mencionados en la investigación de la OPAQ”, dijo la portavoz de la diplomacia de Moscú, María Zajarova, en rueda de prensa

El pasado 5 de abril durante una reunión efectuada a solicitud de Moscú, el embajador de Rusia ante la ONU, Vasily Nebenzia, dijo en el Consejo que “Rusia no tiene conexión alguna con el envenenamiento de los Skripal”.

El gobierno de Vladimir Putin “tiene interés en la verdad más que nadie”, agregó Nebenzia, quien consideró que Moscú está siendo “acusado sin pruebas”.

El envenenamiento de Sergei Skripal, de 66 años, y su hija, Yulia, desencadenó una ola de expulsiones recíprocas de diplomáticos entre Rusia y más de una veintena de países occidentales, que involucró a un total de unos 300 diplomáticos.

Skripal fue coronel del Servicio de Inteligencia del Ejército ruso y fue condenado en 2006 por “alta traición”, acusado de vender información a sus pares británicos. En 2010, se benefició de un intercambio de espías acordado entre Moscú, Londres y Washington, y se mudó al Reino Unido.