El juicio contra la “viuda negra” francesa, una mujer sospechosa de haber envenenado a cuatro hombres, de los cuales dos murieron, en la Costa Azul para quedarse con su fortuna, arranca este lunes en el sureste del país.

Esta mujer de 57 años publicaba anuncios en la prensa para encontrar a viudos de la tercera edad. Luego, usando medicamentos y muestras de cariño, obtenía poderes, cheques o legados a su favor. Un cóctel fatal para dos de sus víctimas.

La acusada, Patricia Dagorn, se encuentra en prisión desde 2012 después de haber sido condenada a cinco años de cárcel por robo, fraude y secuestro en un caso similar. Esta vez podría ser condenada a perpetuidad.

La acusada, conocida como “la envenenadora” o “la viuda negra de la Costa Azul” niega los cargos. “Quiere poder explicarse” durante el juicio, señaló su abogado Georges Rimondi, quien solicitará que sea absuelta.

El examen realizado sobre su personalidad reveló que la acusada es una persona interesada en el dinero y sin escrúpulos.

Las primeras sospechas en su contra nacieron en julio de 2011, después de que la policía encontrara en un hotel de Niza el cuerpo de un sexagenario, Michel Kneffel, con quien vivía. Pero en ese entonces la policía no encontró pruebas en su contra.

En mayo 2012 la acusada conoció a un viudo de 87 años, Robert Mazereau, que aceptó darle un techo a cambio de que mantuviera con él relaciones sexuales. La mujer fue condenada a cinco años de cárcel un año después por haber agredido al octogenario.

Este caso reabrió el de la muerte de Kneffel después de que los investigadores encontraran entre las pertenencias de Patricia Dagorn, frascos de valium y documentos de una docena de hombres diferentes, incluyendo cheques o copias de documentos de identidad.

La pista llevó también a los investigadores hasta otro presunto asesinato, el de Francesco Filippone, 85 años, hallado en estado de descomposición avanzada en febrero 2011 en el sureste de Francia. Unos días antes Patricia Dagorn había depositado un cheque de 21.000 euros de Filippone.

En total, la acusada habría mantenido relación con al menos unos veinte hombres en la Costa Azul francesa entre 2011 y 2012. A la mayoría les habría robado dinero o documentos.