El presidente catalán depuesto, Carles Puigdemont, no irá a declarar el jueves a Madrid como sospechoso de rebelión junto a la plana mayor del independentismo catalán y solicitó hacerlo desde Bélgica.

“No va a Madrid, he propuesto que lo interroguen aquí en Bélgica”, dijo a la televisión pública catalana TV3 el abogado, Paul Bekaert.

“Ya he tenido en el pasado casos como este, en los que se interroga al sospechoso en Bélgica”, añadió Bekaert, que también frenó la extradición a España de una presunta miembro de la organización armada vasca ETA.

“Vamos a ver si esta demanda está bien fundamentada y examinaremos si las penas no son desproporcionadas, así como si se respetan los derechos fundamentales”
, agregó el letrado.

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Puigdemont, junto a otros 13 antiguos miembros de su gobierno cesado por las autoridades de Madrid, ha sido citado a declarar el jueves ante la Audiencia Nacional como sospechoso de rebelión, sedición y malversación de fondos, después de que el parlamento catalán proclamase la independencia el 27 de octubre tras años de lo que se conoce como “el proceso” secesionista.

Pero el exfuncionario, de 54 años, decidió irse a Bruselas, donde el martes compareció ante la prensa y estimó que no hay suficientes garantías de que reciba un juicio justo.

En Bruselas le acompañan unos pocos miembros del gobierno catalán de los que se ignora todavía qué harán.

Quien sí irá a declarar es el segundo del ejecutivo destituido, Oriol Junqueras.

La incomparecencia podría desembocar en su detención en Bélgica, a demanda de las autoridades españolas, y en un proceso de extradición que, dependiendo de su duración, podría hacer que Puigdemont no estuviera de regreso antes de las elecciones catalanas del 21 de diciembre.

Aunque estos comicios fueron convocados por el gobierno central de Mariano Rajoy tras asumir el control de la administración catalana, los principales partidos independentistas aceptaron participar.