El primogénito de Helmut Kohl consideró este viernes “indignos” los funerales que su madrastra prepara para su progenitor, el excanciller alemán fallecido el 16 de junio, incrementando aún más las disputas familiares en torno al padre de la reunificación alemana.

“Me parece que los últimos acontecimientos son indignos para mi padre, para Alemania y para Europa”, declaró Walter Kohl, de 53 años, nacido, al igual que su hermano menor, del primer matrimonio del excanciller, fallecido a los 87 años.

En una entrevista para la versión digital del semanario Die Zeit, Walter Kohl lamentó la ausencia de funeral nacional, rechazado por su madrastra Maike Kohl-Richter, y la elección de enterrar al exdirigente en el cementerio de Espira, en el suroeste de Alemania, y no en el panteón familiar de Ludwigshafen, cerca de ahí.

Según él, esa inhumación, a la que se niega a participar, equivale a “separar la herencia política” de Helmut Kohl de su primera esposa Hannelore, que se suicidó en 2001, aunque el excanciller siempre reconoció la importancia que ésta había tenido a su lado.

Tras la ceremonia europea prevista el 1 de julio en Estrasburgo, en el este de Francia, el cuerpo de Kohl será trasladado a Ludwigshafen, donde vivía retirado desde hacía años y donde murió, antes de ser llevado a Espira.

Su hijo mayor pidió que, después de la ceremonia en Estrasburgo, los restos de su padre se lleven a Berlín para “un homenaje nacional, un réquiem ecuménico y una ceremonia militar de despedida”, frente a la puerta de Brandeburgo, donde el excanciller vio abrirse el muro de Berlín en 1989.

Walter Kohl, quien no tenía contacto con su padre desde hacía años, se enteró de su muerte por la radio. En un libro best-seller, contó los sufrimientos de su infancia a la sombra de un “gigante” político que solo era para él un padre ausente.

La segunda esposa de Helmut Kohl, 34 años menor que el político alemán, se casó discretamente con él hace nueve años. La prensa la describe como la guardiana celosa de la herencia política de su marido, una persona que no soporta la más mínima crítica al balance de los 16 años de Kohl en la cancillería, entre 1982 y 1998.