La primera ministra británica, Theresa May, llegó este sábado a un “preacuerdo” con el pequeño partido unionista norirlandés DUP que le permitirá gobernar, a diez días de iniciarse las negociaciones sobre el Brexit.

Los conservadores de May perdieron su mayoría parlamentaria en las elecciones del jueves y necesitan el apoyo de diez diputados del Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte para tener mayoría.

“Podemos confirmar que el Partido Democrático Unionista ha aceptado los principios de un preacuerdo, de apoyo sin participación, para respaldar al Gobierno conservador”, indicó este sábado un portavoz de Downing Street, sin precisar más.

La primera ministra había convocado elecciones anticipadas para fortalecer su presencia en la Cámara de los Comunes. Pero en lugar de ganar, los conservadores perdieron 12 escaños y se quedaron con 318 diputados, a ocho de los 326 necesarios para tener mayoría absoluta.

Este fracaso condujo a la oposición laborista, pero también a algunos diputados conservadores, a pedir la dimisión de May.

Pero la primera ministra, pretextando una necesidad de “estabilidad” para hacer frente al Brexit, descartó esa posibilidad y anunció que iba a formar gobierno “para llevar a cabo la salida de la Unión Europea”.

El sábado, durante una conversación telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel, May “confirmó su intención de que las negociaciones del Brexit empiecen, conforme a lo planeado, en las próximas dos semanas“, señaló Dowining Street en un comunicado.

Horas antes, la mandataria británica había tenido que aceptar la dimisión de dos de sus principales consejeros.

Tras esto, May ha conservado a los pesos pesados de su ejecutivo: Philip Hammond (Finanzas), Boris Johnson (Exteriores), David Davis (Brexit), Amber Rudd (Interior) y Michael Fallon (Defensa).

La prensa dominical se muestra despiadada con May. The Observer escribe: “Desacreditada, humillada, disminuida. Theresa May perdió credibilidad y poder en su partido, en el país y en Europa”.