Montenegro se convirtió el lunes oficialmente en el miembro número 29 de la OTAN, en momentos en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envía señales ambiguas sobre la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

El primer ministro de Montenegro, Dusko Markovic, y titular de Relaciones Exteriores, Srdjan Darmanovic, entregaron el lunes al gobierno estadounidense el instrumento de adhesión a la alianza de este pequeño país de 626.000 habitantes, en una ceremonia en el Departamento de Estado.

La integración a la organización de esta pequeña república de la Yugoslavia comunista enfadó a Rusia, que considera la considera “una provocación”.

Con esta incorporación, la OTAN controla ahora todo el litoral norte del Mediterráneo, desde el estrecho de Gibraltar hasta la frontera entre Turquía y Siria.

Pero esta extensión coincide con la creciente preocupación europea por el compromiso de Trump con la alianza, que calificó de “obsoleta” durante su campaña presidencial.

“Estamos celebrando hoy el hecho de que nunca vuelva a pasar que alguien más decida a nuestras espaldas por nosotros y nuestro Estados, como fue el caso en el pasado”, dijo Markovic durante la ceremonia.

La entrada a la OTAN “es un evento histórico para un país y una nación que soportó enormes sacrificios en los siglos XIX y XX por defender sus derechos y una vida libre, el derecho a decidir sobre nuestro futuro, con nuestro nombre reconocido por el mundo y con los símbolos de nuestra propia nación!”, agregó.