El presidente ruso Vladimir Putin condenó este jueves la “rusofobia contraproducente” de los países occidentales, en la inauguración del foro anual del mundo empresarial ruso, vitrina para el Kremlin de una economía que vuelve a despegar y atrae a inversores del mundo entero.

El primer ministro indio, Narendra Modi, es el invitado de honor del presidente ruso, que este jueves le recibirá coincidiendo con el foro económico internacional que se celebra en San Petersburgo (noroeste).

El foro coincide con una economía rusa que se está recuperando tras dos años de recesión, provocada por la caída del petróleo y las sanciones internacionales por el conflicto en Ucrania.

Este alejamiento entre Rusia y Occidente no parece haber mejorado con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ni de Emmanuel Macron a la presidencia francesa.

La “rusofobia” de los occidentales, dijo Vladimir Putin en una reunión con la prensa, es “evidente” y ha llegado “demasiado lejos”. “Pero no durará eternamente porque se tomará conciencia de que es contraproductiva y que perjudica a todo el mundo”, añadió.

Según el presidente ruso, esta política está relacionada con la emergencia de un mundo multipolar, gracias a los esfuerzos de Rusia, lo que no gusta a aquellos que quieren imponer a Moscú “restricciones económicas cuyo efecto es nulo”, aseguró Putin.

La presencia de Narendra Modi simboliza las relaciones que el Kremlin quiere reforzar con los países emergentes para paliar las tensiones con los occidentales.

Las relaciones con India no siempre han sido buenos. Nueva Delhi, que fue aliada militar de la URSS durante la Guerra Fría, dio un giro hacia Estados Unidos y Francia para diversificar sus compras de armamento. Tampoco le gustó que Moscú se acercara a Pakistán y China, sus rivales.

Tras la firma de varios contratos, sobre todo en el sector energético, Vladimir Putin y Narendra Modi hablarán el viernes en el marco del foro, en el que también participan el jefe del gobierno austriaco, Christian Kern, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Se espera la participación de más de 8.000 personas, incluyendo dirigentes de multinacionales francesas (Total, Engie) y estadounidenses (Chevron, Boeing), a las que la Casa Blanca había desaconsejado participar tras la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia.

Las presidenciales, en el punto de mira

El presidente ruso también participará en una mesa redonda con representantes del mundo de los negocios rusos y estadounidenses, algo que no ocurría desde hace tres años.

“El mensaje que quiere enviar (…) es que Rusia sigue abierta para hacer negocios, con compañías públicas que trabajan con India, Arabia Saudí y fondos soberanos”, afirma Charles Robertson, jefe economista del banco Renaissance Capital.

Las autoridades rusas aseguran que la economía del país ya se ha adaptado a los bajos precios de los hidrocaburos y a las sanciones, que complican el acceso de algunos sectores a la financiación en los mercados internacionales.

Rusia reconoce sin embargo que, por falta de reformas, sus perspectivas de crecimiento son limitadas a medio plazo, muy lejos en todo caso del crecimiento espectacular de los dos primeros mandatos de Putin (2000-2008) que se beneficio del precio del petróleo.

“Son necesarias transformaciones estructurales pero ponerlas en marcha no es fácil”, reconoció el jueves el ministro de Finanzas, Anton Silouanov, en la inauguración del cónclave.

Putin, que muy probablemente se presentará a las presidenciales de marzo, pidió al gobierno y a varios centros de estudio ideas nuevas para acelerar la economía.

Estas propuestas coparon gran parte de los debates del primer día del foro, con cuestiones como la competitividad de la economía rusa —lastrada por la apreciación del rublo que preocupa a los exportadores—, la polémica idea de reducir cotizaciones sociales subiendo el IVA o el aumento de la edad de jubilación.