Los presidentes Donald Trump y Recep Tayip Erdogan concluyeron este martes su encuentro en la Casa Blanca y prometieron trabajar conjuntamente para superar recientes tensiones y redoblar sus esfuerzos en materia de seguridad.

Después de garantizar su control del país en un reciente referendo para ampliar sus poderes, Erdogan llegó a la capital estadounidense con una lista de quejas, como el apoyo de Estados Unidos a la milicia kurda en Siria o la protección que Washington garantiza a quien Ankara acusa de ser el gestor intelectual de un fracasado golpe de Estado.

Sin embargo, los dos dirigentes pusieron momentáneamente de lado las diferencias para renovar el apoyo a una alianza fundamental entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Turquía, asociados en la lucha contra el grupo Estado Islámico.

Trump fue uno de los primeros líderes en felicitar a Erdogan por su triunfo en el referendo del 16 de abril, y el presidente turco devolvió este martes la gentileza en la Casa Blanca al aplaudir al estadounidense por su “victoria legendaria” en las elecciones del año pasado.

“Por supuesto, la victoria del señor Trump condujo a que se despierten nuevas expectativas para Turquía y la región en que estamos. Sabemos que el nuevo gobierno no permitirá que esas esperanzas sean en vano”, dijo Erdogan en la Casa Blanca.

En tanto, Trump rindió tributo a la “contribución histórica” de Turquía a la alianza militar europea y señaló: “Ahora enfrentamos un nuevo enemigo en la lucha contra el terrorismo, y nuevamente esperamos enfrentarlo juntos”.

Los lazos entre Estados Unidos y Turquía se envenenaron en los últimos meses del mandato de Barack Obama por amargas disputas sobre el apoyo estadounidense a los combatientes kurdos en Siria.

Las autoridades turcas tenían esperanzas de abrir una “nueva página” después de las disputas con Obama, pero el optimismo se enfrió tras el anuncio del gobierno de Trump de que Estados Unidos armará a las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) en Siria, a las que Ankara considera terroristas.

“Es absolutamente inaceptable tener en cuenta a las YPG como aliados en la región, y va en contra de cualquier acuerdo global que alcancemos”, dijo Erdogan.

“Del mismo modo, nunca deberíamos permitir a esos grupos, que quieren cambiar la estructura étnica o religiosa en la región para usar el terrorismo como pretexto”, agregó, sugirierno que los kurdos estaban usando la lucha contra el EI como cobertura de sus propósitos secesionistas.

Ankara afirma que las YPG son el brazo sirio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha llevado a cabo una violenta lucha insurgente dentro de Turquía desde 1984.

Aunque son aliados en la OTAN, los objetivos opuestos de Turquía y Estados Unidos en el Medio Oriente son vistos como un factor que lleva a Ankara a cultivar vínculos más estrechos con Irán.