Un enorme incendio redujo a “un montón de cenizas” el campamento de migrantes Grande-Synthe situado en las afueras de la ciudad de Dunkerque, en el norte de Francia.

Al menos diez personas resultaron heridas por el fuego y el humo en este campo en el que vivían una 1.500 personas a finales de marzo en cabañas prefabricadas de madera, indicaron los bomberos.

“No queda nada más que un montón de cenizas”, afirmó Michel Lalande, prefecto de la región norte de Francia a los periodistas en la escena, mientras los bomberos trataban de extinguir las llamas.

Según Lalande, el fuego comenzó el lunes por la tarde tras una pelea entre afganos y kurdos iraquíes que dejó seis heridos por arma blanca.

Por su parte, un responsable municipal, Olivier Caremelle, afirmó que debía de tratarse de un incendio “provocado”. “Ha prendido en varios sitios diferentes, no es posible que haya ocurrido de otra forma”, señaló.

Los migrantes fueron evacuados del campo y serán realojados en centro de emergencia, según el prefecto, quien advirtió de que “será imposible volver a poner las cabañas donde estaban antes”.

Una gran columna de humo rosa que salía del campo podía verse desde varios kilómetros de distancia.

Población migrante del sector

Las autoridades francesas habían anunciado a mediados de marzo que las fuerzas de seguridad planeaban desmantelar el campo tras varios enfrentamientos ocurridos en el lugar.

La población del Grande-Synthe ha aumentado considerablemente desde la destrucción el pasado octubre de lo que quedaba de otro gran campo de migrantes a unos 40 kilómetros, conocido como la Jungla de Calais.

Según testigos, la pelea de este lunes se debió a las distintas condiciones en el alojamiento de una comunidad y otra, más favorable para los kurdos.

Durante más de una década, la costa norte de Francia ha atraído a miles de refugiados y migrantes que tratan de alcanzar Reino Unido. Las autoridades francesas han destruido una y otra vez en la zona los campos en los que esperan para cruzar.

Los migrantes se colocan cerca de la autopista para tratar de entrar en camiones que se dirijan al país vecino o pagan a traficantes para que los trasladen al otro lado del Canal de la Mancha.