Las fuerzas de seguridad turcas cometieron “graves violaciones” de los derechos humanos durante operaciones contra los rebeldes kurdos desde el final del alto el fuego en 2015, denunció este viernes la ONU, que reclama de nuevo una investigación independiente urgente.

Naciones Unidas cifra el número de desplazados entre 355.000 y 500.000.

En su primer informe sobre el tema, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos detalla las “alegaciones de destrucción masiva, de asesinatos y otras muchas violaciones graves de los derechos humanos cometidas entre julio de 2015 y diciembre de 2016 en el sudeste de Turquía, durante operaciones de seguridad gubernamentales”.

En el sureste turco de mayoría kurda no cesan los combates diarios entre los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado como organización “terrorista” por Ankara, Bruselas y Washington, y las fuerzas de seguridad, desde la ruptura del alto el fuego en el verano de 2015. El conflicto kurdo ha dejado más de 40.000 muertos desde 1984.

Según la ONU, las operaciones realizadas por las fuerzas de seguridad turcas entre julio de 2015 y finales de 2016 afectaron a más de 30 localidades, en las que algunos barrios fueron arrasados, y dejaron entre 335.000 y 500.000 personas desplazadas, en su mayoría kurdas.

El Alto Comisionado, al que Turquía no ha autorizado a entrar en la zona, realizó su informe en base a las imágenes satélite de la ONU, entrevistas con las víctimas, testigos o sus familias, y con informaciones de varias oenegés.

‘Uso excesivo de la fuerza’

Unas 2.000 personas, entre ellas 800 miembros de las fuerzas de seguridad y 1.200 habitantes de la región, “habrían muerto en el marco de las operaciones de seguridad en el sureste de Turquía”, según la ONU.

Entre los 1.200 civiles muertos, “un número indeterminado podría estar implicado en acciones no violentas contra el Estado”, precisa el informe.

“El gobierno turco no nos ha autorizado el acceso, pero ha cuestionado la veracidad de las muy graves acusaciones publicadas en el documento”, declaró el Alto Comisario, Zeid Ra’ad Al Hussein, en un comunicado.

“Pero la gravedad de las acusaciones, la escalada de destrucción y el desplazamiento de más de 355.000 personas significan que es urgente y necesaria una investigación independiente”, añadió.

En su informe, la ONU afirma el “uso excesivo de la fuerza, asesinatos, desapariciones forzadas, actos de tortura”.

El Alto Comisionado dice estar “especialmente alarmado por los resultados del análisis de las imágenes satélite que revelan destrucciones masivas de viviendas con armamento pesado”.

Por ejemplo, se describe la destrucción de barrios enteros en la ciudad de Nusaybin, en la provincia de Mardin, donde 1.786 inmuebles fueron destruidos o dañados.

En mayo de 2016, antes del fallido golpe de Estado de julio de 2016 en Turquía, el Alto Comisario publicó un comunicado en el que denunciaba las violaciones cometidas por las fuerzas de seguridad turca durante operaciones contra el PKK.

Desde entonces, Ankara no ha efectuado ninguna investigación, se lamenta la ONU, que considera preocupantes las medidas adoptadas desde el golpe de Estado.