Las autoridades españolas anunciaron este lunes haber detenido a un marroquí, sospechoso de reclutar a combatientes para la organización yihadista Estado Islámico, valiéndose de su condición de profesor de boxeo.

El detenido lideraba -presuntamente- una célula de captación para enviar personas a Turquía “donde recibían instrucciones de la organización terrorista Daesh (acrónimo árabe de Estado Islámico, EI) para atentar posteriormente en territorio europeo”, indicó un comunicado del Ministerio del Interior.

“De nacionalidad marroquí y residente en España, fue arrestado en San Sebastián, en el norte del país”, informó el ministerio, sin revelar su identidad ni su edad.

El sospechoso “era muy activo a la hora de captar nuevos integrantes“, acercándose a jóvenes “fácilmente influenciables y emocionalmente inestables” y ganándose su confianza como profesor de boxeo, señaló el texto.

Según el ministerio, tenía nexos con dos hombres, uno detenido previamente en Marruecos y otro en Francia en noviembre. Ambos “seguían instrucciones concretas y específicas” del EI, agregó.

Fuentes policiales confirmaron a la AFP que el instructor de boxeo mantenía “contactos” con uno de los presuntos miembros de ese comando.

La operación para detener al profesor de boxeo, bajo supervisión de un juez antiterrorista de Madrid, se llevó a cabo con la cooperación de la Dirección General de Vigilancia del Territorio de Marruecos.

Operativos

Desde 2015, los cuerpos de seguridad españoles han arrestado a 181 personas bajo acusación de terrorismo de naturaleza yihadista, según la policía.

España ha permanecido a salvo de atentados islamistas desde marzo de 2004, cuando varios explosivos colocados en trenes de cercanías de Madrid dejaron 191 muertos.

Pero algunos mensajes del EI han alentado a atacar contra su territorio, denominado Al Andalus durante la dominación árabe de buena parte de la península ibérica, que duró ocho siglos y finalizó en 1492.

España ha estado menos expuesta que otros países europeos al fenómeno de combatientes extranjeros que partieron a Siria o Irak y que podrían regresar para cometer atentados.

Las autoridades calculan que unos 200 españoles se han incorporado a las filas de grupos yihadistas, en comparación con las más de mil salidas efectuadas desde Francia y Bélgica.