La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos causó estupor en gran parte del planeta, pero en Reino Unido algunos pro-Brexit la consideran como una oportunidad para la economía británica.

“Trump presidente, quizá no sea de nuestro gusto, pero debemos pensar en nuestros intereses nacionales”, explica el diputado conservador Bernard Jenkin.

“No pondrá obstáculos en el camino del Brexit como podría haberlo hecho Clinton”, considera este conocido euroescéptico, en el diario económico City AM.

Según Jacob Rees-Mogg, otro diputado conservador, los comentarios de Trump sobre el Brexit “fueron más positivos que el enfoque hostil adoptado por [Barack] Obama”, que avisó a Londres de que podría encontrarse a “la cola” en sus relaciones comerciales con Estados Unidos, en caso de salida de la Unión Europea (UE).

Trump, al contrario, celebró el Brexit como una “fantástica” victoria y prometió un trato de favor para el país en el que nació su madre y donde invirtió en campos de golf.

‘Relación especial’

La victoria de Trump es, por tanto, una buena ocasión para reavivar la “relación especial” entre Londres y Washington, que Obama había enfriado, según denunciaron varias figuras del Partido Conservador.

Eso es lo que espera la primera ministra conservadora Theresa May, en busca de socios comerciales tras la futura ruptura con la UE.

En su mensaje de felicitación a Trump, May evitó los asuntos incómodos y destacó la solidez de los vínculos en materia de “comercio, seguridad y defensa” con Estados Unidos, donde Londres exporta cada año mercancías y servicios por un valor de 30.000 millones de libras (unos 37.890 millones de dólares).

Los analistas enfrían, sin embargo, este optimismo y recuerdan las diatribas de Trump contra el libre comercio y sus tentaciones aislacionistas.

Estrategia trastocada

Los medios británicos señalaron un primer contratiempo en “la relación especial”: Trump sólo llamó a May en la tarde del jueves, tras haber hablado con otros nueve dirigentes, incluido el primer ministro irlandés, Enda Kenny.

Trump “invitó a la primera ministra a visitarlo lo antes posible” tras su toma de posesión, declaró Downing Street, sin darle mucha importancia a la tardía llamada del presidente electo.

Según el tabloide Daily Mail, el republicano tomó la buena sintonía entre Ronald Reagan y Margaret Thatcher como referencia para su futura relación con May.

Sin embargo, para Tom Raines, del laboratorio de ideas Chatham House, “es difícil imaginar que esta relación pueda ser como antes”, dado el programa aislacionista de Trump.

Tampoco parece que el futuro mandatario pueda ayudar a Londres a conseguir un buen acuerdo comercial con la UE, tras el Brexit.

“Lo mejor que puede esperar Reino Unido es que los líderes de la UE, preocupados por el rumbo de Estados Unidos, decidan que no es el momento de distanciarse de Reino Unido”, opina Raines.

Tim Oliver, de la London School of Economics, teme sin embargo que la estrategia de Londres sobre el Brexit queda completamente trastocada.

“El voto británico para salir de la UE mostró el deseo de algunos de que Reino Unido desempeñe un mayor papel a nivel mundial. Un papel que depende, en parte, de la cooperación con Estados Unidos (…). Pero, Reino Unido se encuentra entre el martillo Trump y el yunque Brexit”, explica.