Un joven brasileño acusado de la muerte de cuatro parientes en España confesó haber cedido a unas “irrefrenables ganas de asesinar”, según los investigadores, quienes afirmaron que luego del crimen siguió tranquilamente con su vida.

Los investigadores de la Guardia Civil ofrecieron una rueda de prensa para declarar el caso “policialmente cerrado” y dar detalles de los asesinatos de François Patrick Nogueira Gouveia, quien descuartizó a sus tíos y mató a sus dos pequeños hijos.

Tras admitir “parcialmente” los crímenes, según un tribunal de instrucción, Nogueira Gouveia fue imputado el viernes de dos delitos de asesinato y dos de homicidio, e ingresado en prisión sin fianza.

El joven de 19 años confesó que tenía “unas irrefrenables ganas de asesinar, que no las pudo controlar y que incluso era consciente de ellas” cuando iba a la casa de sus familiares en Pioz (60 kilómetro al este de Madrid) el 17 de agosto, indicó el comandante de la Guardia Civil, Juan Jesús Reina.

Patrick sí sabía claramente lo que estaba haciendo“, tanto así que llevaba consigo bolsas plásticas, cinta aislante y una navaja, detalló Reina.

“Él nos dice en todo momento que él no está loco”, señaló el guardia civil, que lo describió como una persona solitaria, egocentrista y narcisista, propensa a beber y fumar.

Luego de que la tía Janaína Santos Américo lo dejara entrar, la mató en la cocina con la navaja, pero “manifiesta no recordar” el asesinato de los niños, de uno y cuatro años, indicó Reina.

Horas más tarde llegó el tío Marcos Campos, a quien mató en el pasillo.

Tras descuartizar a los adultos y meter los cuerpos en bolsas plásticas, Nogueira Gouveia se dio una ducha, descansó unas horas y partió a la mañana siguiente para volver a hacer “su vida normal”, dijo Reina.

Envió desde el teléfono móvil de su tío -haciéndose pasar por este- un mensaje al arrendador de la vivienda para avisar que se retrasaría en el pago de la renta, lo que hace sospechar que planeaba volver, pero nunca lo hizo.

La escalofriante escena del crimen fue hallada un mes más tarde, cuando un vecino alertó del mal olor.

Entonces, el joven viajó apresuradamente a Brasil. Pero el miércoles pasado volvió voluntariamente a España y se entregó.

Aunque se desconoce el móvil, según Reina, el joven sentía “animadversión” por el tío, a quien insultó frente a testigos.

Reina agregó que hay detalles que Nogueira Gouveia no ha confesado, probablemente porque no quiere que su familia conozca “la monstruosidad de lo que ha hecho”.