Si Reino Unido quiere un “Brexit duro”, las negociaciones de divorcio serán “duras”, advirtió este jueves el mandatario francés François Hollande en Bruselas, donde su homóloga británica Theresa May acude a su primera cumbre europea con el objetivo de templar los ánimos.

“Lo he dicho claramente. ¿Theresa May quiere un ‘Brexit duro’? Entonces las negociaciones serán duras”, advirtió Hollande a su llegada a la cumbre, en referencia a una salida de Reino Unido sin alcanzar acuerdos con sus socios europeos.

El entorno de Theresa May, quien quiere aprovechar la cena con los líderes europeos para confirmar que planea notificar oficialmente la salida a más tardar en marzo próximo, le quitó hierro a la respuesta de Hollande.

“Es una negociación. Hay mucho parloteo”, según una fuente de Downing Street, que pidió el anonimato.

El objetivo de May es tranquilizar a sus socios europeos, como aseguró a su llegada a la cumbre: “Reino Unido se está marchando de la UE, pero continuará desempeñando un papel completo hasta su marcha y será un fuerte y fiable socio tras irnos”.

Los líderes europeos saludaron que May concretara su calendario de salida a principios de mes, después que los británicos decidieran en referéndum en junio abandonar más de 40 años de pertenencia al bloque.

Sin embargo, rechazan de plano la intención de Londres de imponer controles migratorios a los ciudadanos europeos, manteniendo al mismo tiempo “la máxima libertad” de operar en el mercado único del bloque.

Los líderes de varios países le han recordado repetidamente que ambas pretensiones son incompatibles, y advirtieron a Londres que tiene que ir haciéndose a la idea de que pagará un alto precio por el Brexit.

May quiere dejar claro a sus socios que la decisión de salir de la UE es irreversible, pero tratará de convencerlos del interés de lograr “un proceso suave, constructivo y ordenado” de salida, dijo una fuente de su entorno.

La tensión y la incertidumbre sobre el futuro de la economía británica hundieron la cotización de la libra a mínimos históricos.

‘Un nido de palomas’

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien almorzará el viernes con May, afirmó que no habrá negociaciones antes de que Londres notifique su salida, activando el Artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa.

La primera ministra británica fue excluida de la última cumbre de la UE, en Bratislava, y un alto funcionario europeo afirmó que no habrá debate después de que May se dirija a los otros líderes este jueves, ya que esto corresponde a los 27 sin Reino Unido.

“Hoy no discutiremos sobre nuestra futura negociación”, confirmó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. “Algunos medios describen su primera cumbre como una llegada al foso de los leones. No es cierto, es sobretodo un nido de palomas”, aseguró.

La primera ministra, que asumió en julio tras la dimisión de David Cameron, busca aprovechar también la cita para sondear a potenciales aliados.

May ha visitado ya Dinamarca, Francia, Alemania, Holanda y España, y mantendrá reuniones bilaterales en Bruselas con sus pares de Rumanía y Estonia.

“El Reino Unido buscará desesperadamente que otros Estados miembros definan qué están dispuestos a permitir en las negociaciones del Brexit”, explicó el profesor Iain Begg, de la London School of Economics.

En una señal de la complejidad de las discusiones que tiene ante sí, May señaló el miércoles que podría buscar extender el plazo de las negociaciones, cuando dijo a sus diputados que llevarán “dos años o más”.

‘Ponga orden en su casa’

El problema que afronta May es que ni siquiera su gobierno está de acuerdo en su estrategia del Brexit, con una parte de sus ministros abogando por una ruptura sin concesiones y otra buscando conservar cuanto sea posible para proteger a la economía.

Pese al tono duro de May en el congreso conservador, esta semana la prensa informó de que el gobierno podría estar considerando pagar a la UE para mantener el acceso al mercado europeo de industrias clave como el sector financiero.

Su estrategia podría verse también afectada por lo que decida la justicia sobre la demanda para que el Parlamento tenga voz y voto en la activación del Artículo 50. La decisión de la justicia se espera a fines de año.

Otro dolor de cabeza para May es Escocia, donde la mayoría de los electores votaron permanecer en la UE y cuyo gobierno regional, nacionalista, amenaza con convocar un segundo referéndum de independencia si se le obliga a romper con Bruselas.

“Sospecho que le transmitirán [a May] el mensaje de que ponga en orden su casa antes ni siquiera de empezar a hablar”, estimó la profesora Catherine Barnard, de la Universidad de Cambridge.