La primera ministra británica, Theresa May, dijo este domingo que el Reino Unido activará el proceso para sacar al país de la Unión Europea antes de fines de marzo de 2017.

Hasta ahora, May sólo había dicho que Londres no activaría el proceso previsto en el artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa –que fija un máximo de dos años para negociar la salida– antes de que terminara 2016.

“Dije que no activaríamos el proceso antes de que termine el año, para prepararlo todo”, dijo a la BBC.

Activaremos el proceso antes de que termine el mes de marzo del próximo año“, añadió May.

Dijo que una vez que se active el artículo 50, será el turno del resto de la UE decidir cómo se llevará a cabo el proceso de negociación y que deseaba “un proceso de negociación suave”.

Sin embargo, las potencias europeas, preocupadas por frenar el euroescepticismo en sus territorios, han advertido que los británicos no deberían esperar un trato especial en materia de comercio o inmigración, este último tema pesó en la campaña antes del referendo.

El acceso al mercado único europeo conlleva la libertad de movimiento de la gente, afirman, aunque May se muestra determinada a frenar la llegada de migrantes al Reino Unido procedentes de otras partes de la UE.

La primera ministra dijo que el voto del referéndum del 23 de junio a favor de abandonar la UE contenía el mensaje claro de que los británicos querían que se controlen los movimientos migratorios en el resto de la Unión Europea.

“Cumpliremos con eso”, declaró. “Lo que la gente quiere es saber que el gobierno es capaz de decidir quién puede venir y disponer unas normas para aquellos que vengan al país”.

“Estudiaremos las diversas vías para tomar el control que los británicos quieren y asegurarnos […] de que los mejores y más brillantes puedan venir al Reino Unido”, agregó.

‘Las peores semanas’ están por venir

Algunos conservadores destacados afirmaron su voluntad de romper lazos completamente con la UE dejando el mercado único y reglamentando visados de permiso de trabajo.

Según ellos, la UE sería la primera perjudicada imponiendo aranceles a los bienes y servicios británicos porque la UE exporta más a los británicos de lo que el Reino Unido exporta al resto del bloque.

Sin embargo, May defendió la permanencia en la UE antes del referéndum y otros ministros claves, como el de Finanzas, Philip Hammond, al parecer defienden una salida más suave, con excepciones para el centro financiero más importante de Europa, la ‘City’ de Londres.

“Sabemos tan poco sobre el Brexit”, consideró Tony Travers, profesor de gobierno en la London School of Economics. “La pregunta que se plantea es si el gobierno sabe exactamente lo que va a hacer con el país o no”.

Con todo, el proceso de salida se presenta como una empresa ardua para la primera ministra. Para el editorialista del diario Financial Times, Janan Ganesh, Thresa May acaba de vivir sus “mejores semanas” y las que le esperan sólo pueden ser peores, pues los otros miembros de la UE no se muestran muy dispuestos a otorgar favores.

De momento, dispone de una cómoda cota de popularidad, al tiempo que sale beneficiada de las querellas internas del Partido Laborista, principal formación de la oposición, cuya crisis de liderazgo sigue sin resolverse pese a la reelección de Jeremy Corbyn al frente del partido.

En este contexto, los ‘tories’ podrían verse tentados a precipitar las elecciones legislativas, previstas en teoría para 2020, algo que May quiso descartar el domingo, para no crear “inestabilidad”, en una entrevista con el diario Sunday Times.

Además, May adelantó al rotativo que tenía la intención de pedir al Parlamento que derogue el acta de adhesión del Reino Unido a la UE de 1972 en abril o mayo de 2017.

“Esto marcará la primera etapa para hacer del Reino Unido un país soberano e independiente nuevamente”, declaró, subrayando que significará “el fin de la autoridad de la UE en el Reino Unido”.