Miles de personas vestidas de negro se manifestaron delante del Parlamento polaco contra una proposición de ley que prohíbe totalmente el aborto en este país.

La semana pasada, fue admitida a trámite parlamentario, -con el voto de una amplia mayoría de los diputados-, una iniciativa ciudadana presentada por el comité “Stop Avortment” para prohibir totalmente la interrupción voluntaria del embarazo, con la única excepción de que vida de la mujer embarazada corra un riesgo inmediato.

El sábado, congregados al grito de “¡Se acabaron las bromas!” y respondiendo al llamado del comité “Salvemos a las mujeres”, los manifestantes portaron banderas negras y pancartas en las que se leía “Stop a los fanáticos en el poder”, “Necesitamos cuidados médicos, no del Vaticano” o “Queremos médicos, no policías”.

El comité “Salvemos a las mujeres” anunció que recogerá firmas para una iniciativa legislativa europea que asegure el acceso garantizado a un aborto legal, a la educación sexual y a los métodos anticonceptivos.

La versión actual del proyecto debatido en el Parlamento prevé una pena de cárcel de hasta cinco años tanto para los médicos y otras personas que participen en un aborto, como para las propias pacientes, aunque permite que el juez pueda renunciar a castigar a estas últimas.

Los obispos polacos, que apoyan el principio general de prohibición, se pronunciaron en contra de que se sancione penalmente a las mujeres que aborten.

La ley actual, en vigor, autoriza el aborto en tres casos: si existe riesgo para la vida o la salud de la mujer embarazada, si un examen prenatal revela una patología grave e irreversible en el embrión y si el embarazo es fruto de una violación o de un incesto.