La economía británica está viviendo un deterioro “espectacular”, con la mayor caída de la actividad privada desde la crisis financiera mundial, tras la decisión del país de abandonar la Unión Europea, revela este viernes un estudio muy esperado.

La compañía de servicios financieros Markit publicó el viernes su índice compuesto de gestores de compras PMI correspondiente al mes de julio, que cae a su nivel más bajo desde abril de 2009.

El índice compuesto se estableció en julio en 47,7 puntos, en retroceso respecto a los 52,4 puntos del mes anterior. Un índice PMI superior a 50 puntos significa que la actividad progresa, mientras que una cifra inferior representa un repliegue.

“El mes de julio estuvo marcado por un deterioro espectacular de la economía, con la actividad de las empresas cayendo a su ritmo más rápido desde el pico de la crisis financiera mundial a principios de 2009″, comentó Chris Williamson, economista jefe de Markit.

“El cambio de tendencia, que se manifiesta por anulaciones de pedidos, la ausencia de nuevos pedidos o el aplazamiento o la anulación de proyectos, se atribuyó generalmente de una forma u otra al Brexit“, explicó.

El índice PMI para el sector servicios, muy importante para la economía británica, se estableció concretamente en 47,4 puntos en julio, frente a 52,3 puntos en junio, en su nivel más bajo desde hace más de 7 años.

Los datos, que se recopilaron entre el 12 y el 21 de julio, son todavía provisionales y Markit publicará los índices definitivos a principios de agosto.

Estos indicadores de referencia eran muy esperados, ya que aportan una primera imagen precisa del estado de la economía británica tras el referéndum del 23 de junio que otorgó la victoria a los británicos partidarios de abandonar la UE.

Para ver los efectos del Brexit en las estadísticas oficiales, habrá que esperar todavía varias semanas o incluso meses.

¿Recesión a la vista?

“El hundimiento del PMI compuesto a su nivel más bajo desde 2009 ofrece la primera prueba de que Reino Unido está entrando en un período de fuerte desaceleración”, comentó Samuel Tombs, economista de Pantheon Macroeconomics.

Los economistas se preguntan ahora si el país podrá escapar a una recesión, que se caracteriza por dos trimestres consecutivos de contracción del Producto Interior Bruto (PIB).

Las previsiones de crecimiento se han revisado drásticamente a la baja para Reino Unido. El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de reducir el pronóstico del crecimiento mundial 0,9 puntos, a 1,3%, para el próximo año.

“Los futuros efectos del Brexit son excepcionalmente inciertos”, estimaba el martes el economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld.

La nueva primera ministra británica Theresa May indicó que no notificaría la voluntad de abandonar la UE en 2016, mientras su gobierno determina el tipo de relación que desea establecer con sus 27 socios europeos.

Mientras tanto, los hogares y las empresas británicas optan sobre todo por la prudencia.

El único punto positivo reside en la mejora de las exportaciones de productos industriales gracias a la caída de la libra frente a otras monedas, lo que abarata relativamente los productos británicos en el extranjero.

También aparece cada vez más probable que el Banco de Inglaterra vaya al rescate de la economía británica con nuevas medidas de impulso en agosto, tras haber optado por mantener el “statu quo” en junio.

Por su parte, el nuevo ministro de Finanzas británico, Philip Hammond, indicó, al inicio de un viaje a China, que podría adoptar nuevas medidas el próximo otoño boreal.

“A medio plazo tendremos la ocasión, con nuestro discurso de otoño (…) de replantear la política presupuestaria si lo consideramos necesario, en base a las estadísticas que aparecerán estos próximos meses”, dijo Hammond, citado por la cadena pública BBC.